“Aprendiendo” de Vizcarra y compañía

PARA SUSCRIPTORES: Un país de oidores, por Alonso Cueto

Además, incurrió en otro error garrafal que viene afectando su mandato: despreció al nuevo Congreso, no lo convocó con una agenda de trabajo común –como sí hizo con alcaldes y gobernadores regionales–, y menos cuando llegó la pandemia. Ahora paga por su soberbia y todo el país se ha visto arrastrado en ello.

Sin una mayoría propia, lo que toca es buscar alianzas. No hay otra clave para sobrevivir políticamente. Así se mantuvo en Palacio por cinco años un mentiroso contumaz como Alejandro Toledo (y Acción Popular quiso que vuelva en el 2011, cuando postularon juntos en dicha elección, ¡qué cosas!). Igualmente, ello le dio estabilidad a García y a Humala en los momentos más críticos de sus presidencias. Sus problemas coincidieron con la pérdida progresiva de aliados. ¿En qué mundo ha vivido Vizcarra?

Sin embargo, más allá de si las trapacerías alentadas por el mandatario alrededor del caso Richard Swing ameritan una vacancia presidencial –no lo creo, y hasta el momento la evidencia objetiva tampoco la sustenta–, lo cierto es que enfrentamos la peor crisis sanitaria y económica de las últimas décadas con un Gobierno y buena parte del Legislativo enfrascados en un conflicto del que ninguno saldrá ganando. Veamos:

El presidente ha visto su aura anticorrupción totalmente mellada. Pero no es el único damnificado. AP fue por lana y salió trasquilado. ¿Necesitaba impulsar esta vacancia y en medio de una pandemia? Para nada. Y cada día que pasa el desprestigio partidario sigue en aumento.

Alianza Para el Progreso estrenó su escopeta de tres cañones: de un lado César Acuña diciendo –bajito nomás– “mejor no”, del otro Omar Chehade cual vacador desbocado y, entre ambos, la versión “pinky friend” de Carmen Omonte. Liderazgo cero. Fuerza Popular, por su parte, librado al vaivén del viento político para decidir si apoya o se opone. Keiko Fujimori debió llevar la voz cantante desde un inicio. ¿Gana algo vacando a Vizcarra? Cero.

Podemos y UPP: empeñados en dispararle a todo lo que se mueva fuera de su radar populista. Su única mira está en la elección del 2021. Finalmente, el Partido Morado: se opuso desde un comienzo, sí, pero se reafirma como una fuerza de la que sabemos siempre a qué se opone, no qué propone. Y eso pasa factura.

Mientras tanto, los peruanos seguimos aguardando soluciones.