La ‘open banking’ está revolucionando el panorama financiero a nivel mundial y su implementación podría representar una oportunidad sin precedentes para el desarrollo económico del Perú. En esencia, la ‘open banking’ o banca abierta, se refiere a la apertura segura de datos y servicios financieros a través de plataformas que permiten la interoperabilidad entre distintos actores del sistema financiero. Su objetivo es brindar mejores servicios y productos financieros a través del empoderamiento de los consumidores.
Los beneficios de estas prácticas incluyen facilitar el acceso inclusivo a servicios financieros, ya que les permite a los usuarios compartir, por elección libre y propia, datos entre diversas instituciones, mejorando la personalización de los productos financieros. Además, se promueve la transparencia y la competencia, generando un entorno propicio para la innovación y la creación de soluciones financieras adaptadas a las necesidades específicas de los consumidores.
Sin embargo, la adopción de la ‘open banking’ en el Perú no está exenta de retos. Entre estos, se encuentran los desafíos regulatorios. La necesidad de establecer marcos normativos claros y seguros es crucial para evitar abusos y garantizar la protección de los datos financieros de los usuarios. La privacidad y seguridad de la información son puntos críticos que deben abordarse exhaustivamente, requiriendo la participación del Poder Legislativo y los organismos reguladores, como la SBS. La ciudadanía también tiene el derecho de promover iniciativas e informarse sobre posibles reformas en la ‘open banking’.
Por otro lado, existe un debate sobre si la implementación de la ‘open banking’ debe ser obligatoria o voluntaria para las instituciones financieras. Este dilema se centra en la posibilidad de que, si un usuario consiente compartir ciertos datos entre entidades financieras bajo garantías específicas, estas puedan o no rechazar el intercambio de información. Aunque reconozco que la iniciativa está sujeta a debate, opino que las regulaciones ligadas a la ‘open banking’ deberían ser vinculantes para las instituciones financieras.
En resumen, pese a estos desafíos, la ‘open banking’ se erige como una fuerza transformadora con el potencial de redefinir las finanzas en el Perú. Al fomentar la competencia y la innovación, estimularía el crecimiento económico y mejoraría la inclusión financiera. El equilibrio entre la apertura de datos y la protección de la privacidad, junto con la participación y educación de reguladores, instituciones financieras y usuarios, será la clave del éxito de esta transición hacia la dinamización, el fortalecimiento y la democratización del ecosistema financiero peruano.