Tienen la rabia y la edad del perro. Cinco temporadas equivalen, en ellos, a la mitad de una vida. Cuando entran son casi jóvenes, cuando salen son casi viejos. Esa velocidad, por supuesto, no tiene nada que ver con el ciclo vital de un joven peruano promedio que en cinco temporadas (dos años cronológicos) cambia muy poco.
La velocidad en "Esto es guerra", "Combate" y "Bienvenida la tarde" es descojonante. Los chicos se lanzan a la carrera con tal viada que empiezan a quemar etapas, a condensar sus decisiones vitales mayúsculas en pocos meses. De ahí que a los más angurrientos se les da por casarse, tener un hijo, lanzar una línea de productos con su marca, o conducir un programa propio. Todo lo que puedan conseguir en canje -tu vida por mi ráting- vale. El programa cubrirá el cortejo con mariachis, cena de gala y anillo de oro, la luna de miel al trópico y el parto online. También ayudará con la asesoría, trámites y promoción para los zapatos o politos que llevan su nombre.
Por eso es que no me extrañó que Sheyla Rojas se reprodujera con Antonio Pavón en "Combate", que Natalie Vértiz lo hiciera con Sully Sáenz hiciera lo propio con un novio no guerrero. Y no me extrañó, para nada, que todos se busquen un 'side business', obligándolos a aumentar la velocidad para llegar al canal y cumplir los retos. Lo que les digo de la vida no es rollo académico, es verdad. A varios les cayeron papeletas por exceso de velocidad y la producción de Mariana Ramírez del Villar tuvo que contratar movilidad para que los llevara a sus diligencias y no exponerlos al escándalo cívico. Pero con chofer o al volante, todos siguen corriendo. No se les vaya a ir el tren de la temporada.
Miren a Yaco, ya dejó de brincar vallas, arrastrase por el lodo y tirarse tortazos. Ahora es un viejo gólmodi que conduce un "Nubeluz" rudo llamado "Versus de colegios". Con manga larga y floro de maestro de ceremonias, ya parece tío. A Mathías Brivio, el conductor, lo veo más fresco. A Johanna San Miguel, la conductora, la veo más traviesa.
La consigna es vivir la temporada, 'carpe reality, carpe diem'. Miren a Melissa Loza, que ya tenía el tacómetro bien avanzado antes de EEG, como enterró a Roberto Martínez, vivió su triángulo de telenovela con Guty Carrera y mamá Edith Tapia, pechó a todos y ahora compite al premio. El mejor será el que corrió más rápido, encajó más tortazos, respondió más preguntas y, la resaca de todo eso lo envejeció pronto, aunque tenga la masa muscular de un lozano personal trainer. Un amigo cuenta que vio a Kina Malpartida en un bar tomando su agüita, no vaya a ser que la pillen con más de 0.5. Regia, recia y a la vez revejida, era una guerrera reposando después de un reality que es a la vez competencia, rat race, emprendedurismo, familia, chongo y rehab. El mejor será el que se haya zampado todo ese combo a mayor velocidad.