En una encuesta nacional realizada del 1 al 3 de noviembre de este año, Ipsos formuló las preguntas que aparecieron en la cédula censal del INEI sobre autoidentificación étnica y religión. Así, cuando se le preguntó a 1.254 personas sobre cómo se consideraban de acuerdo a sus costumbres o antepasados, el 56% se reconoció como mestizo.
Un 22% de los encuestados dijo ser quechua, un 7% refirió ser afroperuano, un 6% dijo sentirse blanco, un 2% aimara, un 2% nativo o indígena de la Amazonía, el 1% de otro pueblo originario, el 1% marcó la opción “otros” y un 3% no pudo precisar su autoidentificación étnica (mayoritariamente en el estrato socioeconómico A, con 8%).
Tras analizar la información desagregada de la encuesta, Raúl Castro, antropólogo de la Pontificia Universidad Católica del Perú y periodista, encuentra un reflejo de las relaciones que hay entre la etnicidad y el poder adquisitivo o el acceso a los servicios en el país.
Así, por ejemplo, quienes dicen sentirse blancos se concentran sobre todo en el nivel socioeconómico A. Mientras que quienes se consideran quechuas o afroperuanos preponderan en los estratos C, D y E.
Precisamente, uno de los objetivos del INEI al preguntar a los peruanos sobre su autoidentificación étnica era conocer en qué condiciones viven y qué carencias tienen aquellas poblaciones consideradas como 'minoritarias'. Según el sondeo, ninguna de las personas del nivel socioeconómico A dijo sentirse afroperuano, nativo o indígena de la Amazonía o perteneciente a otro pueblo originario.
"Ciertamente lo que esta encuesta revela es que ha habido en nuestra historia republicana una segmentación clara en cuanto al ejercicio del poder. Los sectores más afortunados, los que han tenido la propiedad de los medios de producción en general y más rentas, se han asociado a una procedencia [blanca o europea]. Acuérdese, por ejemplo, que el voto a los indígenas se da muy tarde [el voto universal, extendido a los analfabetos, se da a partir de la Constitución de 1979]", comentó Castro en conversación con El Comercio.
Por otra parte, la clase media peruana -el segmento socioeconómico B- se asume mayoritariamente como mestiza (en un 74%) y quechua (10%). Según Raúl Castro este nivel está asociado a la clase emprendedora, creativa, dinámica y más integrada a las ciudades que está "cambiando el rostro del país" en varios sentidos.
Respecto a la autoidentificación por regiones, resalta que el 63% de los limeños se considera mestizo, un porcentaje mayor al del interior, con 52%. Las regiones del sur, por ejemplo, se consideran mayoritariamente quechuas mientras que la población afroperuana está asentada sobre todo en el norte y el centro del país.
“En las regiones del sur la pertenencia quechua es muy marcada [53%]. Eso es algo que el censo confirmará y debería servir al Estado para plantear políticas de gestión intercultural. Lo mismo pasa con el oriente, donde están las comunidades amazónicas”, señaló Castro.
-Retrocede el porcentaje de católicos-
Sobre las creencias religiosas de los peruanos, la encuesta dice que el 75% de los peruanos se considera católico, el 14% es evangélico, el 5% dice tener otra fe y el 6% no tiene confesión. El censo de 1981, el que se realizó antes de la primera llegada del Papa Juan Pablo II al Perú, en 1985, arrojó que por entonces el 89,1% de peruanos eran católicos, mientras que los cristianos no católicos eran el 4,7% de la población nacional.
La información detallada refiere que la población que se considera católica es mayoritaria (84%) en el nivel socioeconómico A, mientras que las segmentos evangélicos se ubican sobre todo en C,D y E (10%, 14% y 20%, respectivamente). Asimismo, el principal bolsón de católicos está entre los 40 a más años, mientras que quienes dijeron ser evangélicos están entre los 18 a 24 años.
"Hay que tener en cuenta que el crecimiento de la población evangélica va en detrimento de la cantidad de católicos. En la encuesta se ve de una forma marcada que los cotos de las corrientes evangélicas son inversamente proporcionales a la condición socioeconómica. Este podría ser un tema de oferta de la iglesia. [Las confesiones evangélicas] ofrecen la posibilidad de milagros a personas que por sus estados financiero probablemente necesiten de ellos. Segmentos donde la movilidad social no parece llegar", dijo Rául Castro.