La Diócesis de Chimbote ha suspendido la tradicional peregrinación al Santuario Señor de la Vida, que se realiza en la víspera de Semana Santa, para evitar la propagación del coronavirus, en Áncash.
El obispo de Chimbote, Ángel Simón Piorno, envió una carta a los sacerdotes, a las comunidades religiosas y fieles, para comunicarles que la procesión, programada para el 4 de abril, no se efectuará, ya que esta actividad suele reunir a centenares de adolescentes y adultos.
La Iglesia Católica había convocado a toda la comunidad diocesana a participar de esta jornada que se iba a desarrollar un día antes de Domingo de Ramos.
También se ha cancelado la marcha por la defensa de la vida, que se convocó para el 29 de marzo, y el encuentro diocesano de Catequesis Familiar, que se iba a llevar a cabo el 21 y 22 de marzo.
Monseñor Simón Piorno ha pedido ayudar a difundir las acciones de prevención emitidas por el Ministerio de Salud para frenar el contagio del Covid-19.
A los curas se le ha recomendado impartir la comunión en la mano y velar para que el comulgante consuma inmediatamente la hostia consagrada. Además, ha exhortado que en el momento de la paz no se dé la mano y se opte por utilizar otro gesto.
“De esta manera queremos contribuir a salvaguardar la salud de la población sin que ello afecte a la manifestación de fe de las personas. Oremos al Señor de la Vida y a la Virgen del Carmen para que se pueda encontrar la vacuna para contrarrestar la infección”, se lee la misiva firmada por Piorno.
Por su parte, el sacerdote de la parroquia San Pedro de Chimbote, Juan Anguerri, dijo que la Diócesis coordinará con la Policía Nacional para que se impida el acceso al camino que conduce al Santuario Señor de la Vida en la fecha mencionada y el Viernes Santo, día en que las personas suelen acudir de manera espontánea.
“No habrá acceso al cerro de la juventud que promueva la Iglesia Católica, imaginamos que los adolescentes que se encuentran de vacaciones se van a organizar para acudir, pero se coordinará con la Policía Nacional para que se prohíba el ingreso al santuario”, declaró a El Comercio.
Indicó que la Conferencia Episcopal Peruana también ha dispuesto que se cancelen las misas en capillas pequeñas, que no se toque ni bese las imágenes o reliquias, que se retire el agua bendita de la entrada de las iglesias, oratorios y capillas y se pospongan los eventos que congreguen mucho público.
“Estamos conversando con los sacerdotes para suspender las reuniones públicas y las escenificaciones de la crucifixión de Jesús que pueden congregar a bastante gente, ya que esta actividad implica que gran cantidad de jóvenes se congreguen en los ensayos”, comentó.
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