Ese 1 de enero del 2005, a las 4 y 30 de la madrugada, ciento sesenta “etnocaceristas” tomaron la comandancia de la Policía Nacional en Andahuaylas, Apurímac. Los subversivos estaban liderados por el mayor (r) EP Antauro Humala, hermano del hoy presidente de la República, Ollanta Humala. Ellos exigían el derrocamiento del gobierno de Alejandro Toledo. El saldo fue sangriento. Además de 7 heridos, cuatro policías fueron asesinados durante el tiroteo en el puente Colonial al sur de la ciudad. Hace 10 años esta revuelta remeció el país y el mundo.
La asonada encabezada por el hoy preso Antauro Humala tenía el apoyo inicial de los andahuaylinos, que esa misma mañana no solo hostigaron a los agentes policiales que trataban de recuperar el orden público, sino también a los primeros periodistas que llegaron a la zona de conflicto.
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