El pasado 13 de abril, Estados Unidos lanzó una bomba en Afganistán, cerca de la frontera con Pakistán, donde habría integrantes del Estado Islámico. El arma llevaba un nombre de temer: “La madre de todas las bombas”. Horas más tarde, Rusia presentó: “El Padre de todas las bombas”. En medio de ese pulseo, el presidente de Corea del Norte, Kim Jong-Un, realizó un desfile militar exhibiendo su artillería y se ufanaba de haber creado una bomba termonuclear que –asegura- acabaría con el mundo.
“Estamos en tiempos de desfiles militares, de ensayos coheteriles, y de reivindicación de las armas. Es un gorilismo en la política exterior, pero no creo que estemos camino hacia una Tercera Guerra Mundial”, comenta Andrés Gómez de la Torre, experto en defensa.
Por su parte, el internacionalista Juan Velit, asegura que “toda esta exhibición de poder es señal de que estamos viviendo los efectos de una nueva Guerra Fría”.
¿Este desfile de armas nucleares y no nucleares tiene por qué preocupar al mundo? Fabián Novak, director del Instituto de Estudios Internacionales de la Pontificia Universidad Católica del Perú, responde. “Siempre es posible, pero yo no lo veo probable. Corea del Norte es el único país que se ha atrevido a realizar constantes amenazas de bombardeos nucleares. Estados Unidos y Rusia han sido más responsables en ese sentido y nunca han planteado su uso”, afirma el experto. “Estamos acostumbrados a una verborrea de constantes amenazas y frases estridentes por parte del presidente de Corea del Norte, Kim Jong-Un. Pero no creo que ataque a Estados Unidos, como suele decir. Y no lo harán porque eso implicaría su propia autodestrucción”, aclara Novak.
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