El último 14 de agosto, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos entregó a sus respectivos familiares los restos de catorce personas desaparecidas en Ayacucho durante la época de violencia (1980 -2000). Según destacó aquel día el viceministro de Derechos Humanos y Acceso a la Justicia, Daniel Sánchez, este acto permitirá a las familias dar un entierro digno a sus seres queridos y cerrar un largo ciclo de dolor. Se resaltó también que aquella era la primera restitución realizada bajo un enfoque humanitario.
Hoy, en conversación con El Comercio, Mónica Barriga, titular de la Dirección General de Búsqueda de Personas Desaparecidas (DGBPD) –entidad adscrita al Ministerio de Justicia-, explicó que el enfoque humanitario consiste en centrar el acto de restitución en la recuperación emocional de los familiares y no en los protocolos burocráticos. La funcionaria señaló que durante este proceso en particular se contó con la participación de los familiares de las catorce víctimas quienes recibieron un acompañamiento psicosocial.
“Antes, el acompañamiento psicosocial se daba en momentos muy específicos, como en la exhumación. En este caso se dio el apoyo y el acompañamiento necesario a los familiares para disipar sus temores respecto al proceso. Se tomó en cuenta sus creencias religiosas y culturales”, dijo Barriga. ¿Cómo se manifestó este enfoque? Según ejemplificó la funcionaria, la ceremonia de restitución que se realizó en la catedral de Ayacucho tuvo un carácter ecuménico debido a que entre los familiares había católicos y evangélicos.
Asimismo, un equipo de la DGBPD acompañó a los familiares hasta sus respectivas comunidades. “Queríamos comprobar que la finalidad humanitaria se estaba logrando, es decir, que los familiares cierren este proceso de duelo, de despedida, con sus familiares”, dijo la funcionaria. En todos los casos, la DGBPD -en coordinación con otras entidades- dio apoyo logístico para el traslado, alimentación y hospedaje de las personas que viajaron desde sus distritos a la capital de Ayacucho.
“La ceremonia estuvo centrada en los familiares y el protagonismo no lo tuvieron las autoridades. No hubo largos discursos sino mensaje muy puntuales donde el Estado reconocía el derecho de los familiares a recibir una respuesta y garantizar la dignidad de las personas”, finalizó Mónica Barriga. La directora participó hoy en un foro sobre los avances en la implementación de la Ley de Búsqueda de Personas Desaparecidas durante el periodo de violencia. En esta actividad, los familiares de las víctimas exigieron al Estado que cree un banco de datos genéticos para el reconocimiento de los restos.
Las personas cuyos restos fueron restituidos el 14 de agosto fueron: Concepción Cárdenas Quispe, Mariano Vilcamiche Yupanqui, Armando Ramírez Choquecahua, Fortunato Ventura Huamacusi, Vidal Ventura Rodríguez, Mauro Pillaca Landeo, Alberto Ramos Ccenta, Alejandro Tineo Ramos, Fabiana Canchari Torres, Román Medina Tello, Daniel Tineo Ramos, Francisco Tinco Flores, Mercedes Tineo Ramos e Ignacio Salvatierra Santacruz. Sus cuerpos fueron identificados por el Equipo Forense Especializado del Ministerio Públicos en los centros poblados de San Pedro de Campamento, Qasanccay, Rosaspata, Quinuas y Chichucancha.
Según las últimas cifras del Gobierno, en el Perú desaparecieron 20.329 personas en los años más crueles del terrorismo. De ellas, más de 19 mil continúan sin rastro.