A inicios de diciembre, familiares de pacientes con COVID-19 acamparon fuera del hospital Santa Rosa de Piura (Foto: Carlos Chunga Yesquén)
A inicios de diciembre, familiares de pacientes con COVID-19 acamparon fuera del hospital Santa Rosa de Piura (Foto: Carlos Chunga Yesquén)
Jorge Falen

La situación del coronavirus en Piura, la región más golpeada por la segunda ola de la enfermedad, se agrava cada día más. Ayer, la ocupación de las para atender los casos graves de llegó al límite. Según información de la Superintendencia Nacional de Salud (Susalud), en las últimas 24 horas fue ocupada la última cama disponible en el hospital Santa Rosa II de dicha provincia y ya no queda espacio para la atención de más pacientes en estado crítico.

En los últimos dos días la oferta de equipos aumentó de 73 a 78; sin embargo, se vio rebasada por la alta demanda de pacientes en lista de espera [ver infografía]

Al colapso de las UCI se suman los crecientes niveles de mortalidad. Según cifras del Sistema Informático Nacional de Defunciones (), desde inicios de noviembre hubo 611 fallecimientos en exceso en comparación con el mismo período del 2019, uno de los más altos a nivel regional. Durante la semana epidemiológica 51 (del 13 al 19 de diciembre) el Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades del detectó que las provincias de Piura, Sullana, Morropón y Paita, habían registrado más fallecimientos respecto a sus niveles habituales [ver cuadro]. La brecha más alta se observó en la provincia capital, que tuvo 93% más defunciones que en años anteriores.

Este hecho guarda relación con los registros elaborados por la Dirección Regional de Salud (), que también muestran una tendencia ascendente. Entre la semana epidemiológica 50 (del 6 al 12 de diciembre) y la 52 ( del 20 al 26 de diciembre), esta oficina reportó 107 decesos oficiales debido al coronavirus (33 más que el ministerio), de los cuales 46 ocurrieron solo en la última semana.

Diagnóstico

Pero sin duda un indicador que evidencia la mayor transmisión es el aumento de la positividad de pruebas moleculares (que detectan la presencia activa del virus) calculado por el Instituto Nacional de Salud (INS). Según este organismo, desde noviembre Piura muestra una positividad semanal mayor al promedio nacional. En la última semana, alcanzó el 18,02% pese a que se realizaron menos test (414 en total, casi 59 diarios).

Para Christian Requena, vocero del Colegio Médico de Piura, este es uno de los principales aspectos a reforzar ante la llegada de una segunda ola a la región. “Entre noviembre y la primera de diciembre hemos tenido casi tres semanas en que los centros de salud no contaban con pruebas rápidas. El Minsa dejó el 22 de diciembre 3.450 pruebas de antígeno. La meta es que la Diresa procese 100 al día”, opina.

Escenario adverso

¿Qué le espera a Piura en los siguientes días? El especialista estima que en este período podrían aumentar las defunciones debido a que en la semana previa a la Navidad (del 13 al 19 de diciembre) se reportaron 675 casos nuevos [ver cuadro], la cifra más alta en lo que va de diciembre y cuyo efecto sobre el sistema de salud aún se desconoce. Asimismo explica que esta nueva ola de la enfermedad contagia más a la población joven; pero sigue ocasionando más decesos en los adultos mayores.

“Con el tema de la reactivación económica [los jóvenes] van a lugares concurridos donde la probabilidad de contagio es mayor, regresan a casa y contagian a sus padres, a los abuelos. Lo otro es que en el caso de lugares como Chulucanas, en Morropón, la gente de la zona rural llega a la ciudad por un tema de comercio, para adquirir insumos básicos, donde se contagian y luego retornan”, detalla.

Estrategias

El jefe de la Diresa Piura, César Nizama, señaló en entrevista con este Diario que si bien estudian alternativas para atender los casos críticos (como el uso de cánulas de alto flujo o ventiladores portátiles), también priorizarán el reforzamiento del primer nivel de atención en postas y centros médicos.

“Nos esmeramos más en la cama UCI; pero no vemos el origen del problema que es que las personas no se enfermen y cuando lo hagan tengan una adecuada atención primaria que evite su complicación. Estamos enfocados en fortalecer el primer nivel de atención, tenemos 88 establecimientos nivel I-3 y I-4 que están siendo implementados para que puedan realizar la contención”, explica.

El funcionario remarcó que esta medida será complementada con la capacitación de agentes comunitarios locales y la detección a tiempo de la falta de oxígeno a través de pulsioxímetros. Sin embargo, recalca que esto debe ir acompañado de una adecuada concientización de la población, para seguir manteniendo las medidas de higiene y distanciamiento social.

“Ya estamos educando a los agentes comunitarios a que empiecen a usar oxímetros. Nuestro plan es que los comités ante COVID-19 tengan su oxímetro de pulso y a las personas que han sido afectadas hay que enseñarles a que se midan cuanto tienen. Si es menos de 95 que vayan al establecimiento de salud y no esperar que ya esté grave (...) Pero la medida que va a disminuir esta pandemia es la misma conciencia de las personas. Pueden poner toques de queda e igual las personas salen. Por más que se les dice que eviten las aglomeraciones, uno se va a los centros comerciales y están ahí. Se van a fiestas, visitan a sus familiares vulnerables que no tienen alternativa y luego buscan una cama UCI, el origen es la actitud de las mismas personas”, opinó.

Piura: Joven denuncia condiciones precarias en posta y ambulancia de EsSalud.
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