La desnutrición infantil es uno de los males que más ha afectado a las regiones con mayor pobreza en el país. Sin embargo, los esfuerzos en la última década para frenar este fenómeno parecen estar dando resultado.
De acuerdo con un informe presentado ayer por el Ministerio de Salud, Unicef y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo (Usaid), desde el 2010, en las comunidades rurales de Cusco, Cajamarca, Apurímac y Loreto se redujo en 17% este problema, el cual afecta principalmente a niños menores de 5 años y adultos mayores.
En una conferencia, convocada por las tres instituciones, se advirtió la importancia de que las comunidades se involucren en los planes de desarrollo que ejecutan las instituciones extranjeras y peruanas en estas alejadas zonas. Uno de estos proyectos, lanzado por el Minsa, es denominado Buen Inicio, el cual establece constituir centros de vigilancia comunitaria para el cuidado de la gestante y del niño.
Según un informe del Ministerio de Economía y Finanzas, gracias a estos grupos se ha logrado que 23.000 gestantes y 115.000 niños menores de 3 meses, habitantes de pequeños poblados, aprendan prácticas básicas de cuidado materno y lactancia.