A principios del 2014, la Universidad Nacional Hermilio Valdizán comenzó a construir un centro recreativo y un laboratorio a escasos 80 metros del sitio arqueológico de Kotosh, el más representativo de Huánuco, declarado Patrimonio Cultural de la Nación en el 2002.
Desde un inicio, lo que más críticas levantó fue que la obra de S/.9’660,045 no contaba con un certificado de inexistencia de restos arqueológicos (CIRA), una licencia municipal de construcción ni un estudio de impacto ambiental.
El Comercio llegó al sitio arqueológico y comprobó que los trabajos continúan ejecutándose. Esto pese a que el sindicato de profesores de la Universidad Hermilio Valdizán y la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) interpusieron una acción de amparo el 29 de mayo del 2014 para detener la obra. Esta posición fue también respaldada por la Procuraduría del Ministerio de Cultura.
En su contestación a la demanda, este órgano aseguró que los trabajos ponen en riesgo la eventual postulación del sitio ante la Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad, y también su declaración como Parque Arqueológico, lo que implica proteger su entorno, hoy completamente.
“Se están realizando acciones tendientes a afectar y destruir la zona arqueológica referida [...]. Cualquier construcción cerca de la zona arqueológica puede afectar nuestro patrimonio cultural existente”, se señala en el documento.
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