Las organizaciones criminales han encontrado una nueva forma de sacarle la vuelta a la lucha que efectúa la Policía Nacional del Perú (PNP) contra la delincuencia. En Trujillo, bandas delictivas no solo forman jóvenes sicarios (de entre 12 y 15 años), sino que también buscan ser parte de la institución policial y lo hacen infiltrando delincuentes a la escuela de suboficiales de la policía.
Esta información fue confirmada a El Comercio por fuentes de la misma Escuela de Educación Superior Técnico Profesional PNP de Trujillo, luego de la captura de siete suboficiales en los últimos seis días en esta ciudad y la provincia de Sánchez Carrión, en La Libertad. La detención de estos agentes ha puesto en duda la formación que se recibe en las escuelas de la PNP en el país.
Las mismas fuentes revelaron que en el actual proceso de admisión de la escuela policial de Trujillo se detectaron y rechazaron unas 20 carpetas cuyos postulantes tenían antecedentes policiales o familiares con requisitoria o historial delictivo. El objetivo de las bandas criminales –que financiarían los estudios de sus infiltrados– sería obtener información de primera mano que les permita conocer los movimientos de la policía.
Para el sociólogo y ex presidente de la Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza de La Libertad Juan Gamarra Nieto, “no hay que ser expertos para darse cuenta de la presencia de las organizaciones criminales en la escuela de suboficiales”.
En la actualidad, la formación de un suboficial de la PNP dura casi tres años, aunque al año y medio el egresado ya recibe el grado de SO3 y comienza a salir a las calles. A ello se le suma que los estudiantes reciben, en los seis semestres de estudios, escasos cursos de inteligencia policial. “A los 16 o 18 años, que es la edad de la mayoría de ingresantes, la persona ya está formada o deformada”, añadió Juan Gamarra.
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