El general PNP Óscar William Gonzáles Rabanal deja la jefatura de la Tercera Macro Región Policial La Libertad desde este viernes 15 de noviembre (Foto: Johnny Aurazo).
El general PNP Óscar William Gonzáles Rabanal deja la jefatura de la Tercera Macro Región Policial La Libertad desde este viernes 15 de noviembre (Foto: Johnny Aurazo).
Johnny Aurazo

El general PNP Óscar William Gonzáles Rabanal deja desde hoy 15 de noviembre la jefatura de la Tercera Macroregión Policial . El alto oficial asumió el cargo el 21 de mayo de este año; es decir, contabilizará hasta mañana 179 días como máxima autoridad policial en esta región.

Formado en la extinta de Investigaciones del Perú (PIP), Óscar Gonzáles deja el cargo con un récord de aproximadamente 143 homicidios en lo que va del 2019, la cifra más alta de los últimos cuatro años en toda la región: 109 (2016), 105 (2017) y 131 (2018). En el 2015, un año después de que se desempeñó como máxima autoridad policial en La Libertad por primera vez, la cifra llegó a 169 asesinatos.

Gonzáles se mantuvo en el cargo durante casi seis meses. Durante ese periodo se registraron unos 75 homicidios; o sea, el 52.5% del total. Los otros 68 (47.5%) asesinatos ocurrieron durante el mando del general Ricardo Verona Rubio, quien solo duró en el cargo cuatro meses y 13 días. Su gestión fue duramente criticada por la población.

Cuando Gonzáles asumió el mando, La Libertad, una región muy golpeada por el crimen organizado desde hace casi dos décadas, ya registraba un alto número de asesinatos: 68, una cifra muy superior también a la de 2016, 2017 y 2018 en el mismo periodo. Este jueves, antes de entregar la máxima jefatura policial, no quiso calificar su labor y dijo que “son ustedes [los periodistas] los que tienen que hacerlo”.

Dejo 14 casos en investigación y lamento que más de 200 delincuentes que fueron capturados por la policía hayan sido liberados y hoy están ‘exportándose’ a otras ciudades. A diferencia de otros años, el hampa hoy es más dura. Hay mucho por hacer. Me encuentro en deuda”, añadió.

Uno de los momentos más tensos durante la gestión de Gonzáles fue el frustrado desalojo en el distrito de Chao, provincia de Virú. Aquel 9 de septiembre por la tarde, un poblador murió de un disparo, 14 personas resultaron heridas (12 de ellas policías) y siete vehículos policiales fueron quemados. Dos días después la policía recuperó el terreno invadido, de propiedad de Chavimochic, pero las consecuencias ya habían sido mayores.

Aunque la operación policial fue duramente criticada por un sector de la sociedad y policías en retiro acusaron “una falta de inteligencia” para el éxito de la misma, un grupo de alcaldes, entre ellos el burgomaestre provincial de Trujillo, Daniel Marcelo Jacinto, le dio su espaldarazo. Incluso envió un documento al Ministerio del Interior (Mininter) para manifestarle su “total respaldo”.

Como los anteriores jefes policiales, Óscar Gonzáles también tuvo que afrontar la escasez de agentes policiales que prestan servicio en la región. Dice que se va dejando poco más de 4.300 policías, o sea un agente para cada 465 habitantes –el estándar internacional indica uno por cada 250–, pero agradece el apoyo que le brindó el ministro del Interior, Carlos Morán, quien en mayo envió 500 agentes para reforzar el trabajo policial en las zonas más convulsas de la región. Un mes después, no obstante, los mismos policías regresaron a Lima.

Antes de asumir por segunda vez la jefatura policial en La Libertad, Gonzáles fue jefe de región en Áncash, donde estuvo involucrado en un caso de robo de combustible pero que después de una investigación se constató que no tuvo participación.

También fue jefe de la Dirección Contra la Trata de Personas y Tráfico Ilícito de Migraciones y durante el 2014, cuando prestó servicio por primera vez en La Libertad, cumplió una destacada labor con el general PNP César Gentille –ya en retiro– al desactivar más de 20 organizaciones criminales dedicadas principalmente a la extorsión y el sicariato.

“Durante mis 35 años de servicio, recibí dos impactos de bala, uno por delincuentes comunes y el otro en mi lucha contra el terrorismo”, culminó Gonzáles, de 57 años de edad.

En el cuerpo policial, aseguran que recordarán a Gonzáles como “un general que exigía resultados e inspiraba mucha confianza a su personal”. “Todos los lunes se reunía con los más altos mandos y los miércoles con jefes y subjefes, pero a todos les pedía resultados inmediatos en la lucha contra el hampa. Había mucha coordinación”, añadieron.

El general, por su parte, se fue diciendo que todavía “hay cosas por hacer”.

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