Interpretar la letra de nuestro himno nacional resulta una acción automática para quienes nos comunicamos en español, leemos y escuchamos sin limitaciones. Reconocer los acordes musicales, la potencia de las frases; entender la construcción de sus palabras y conceptos; imprimirles significado y emocionarse con todo ese resultado: es parte de un proceso mecánico para la mayoría de peruanos, no para todos.
Cuando Vanessa García interpreta el coro del himno nacional, flexiona los codos y junta los puños cerrados a la altura del pecho. Al instante, baja los brazos y hace un movimiento elíptico de afuera hacia dentro con los dedos extendidos. Luego, cruza los brazos a la altura del rostro, formando una X, y termina la frase con los brazos que adquieren la posición de un ángulo de 90 grados y los puños hacia arriba. “Eso significa: ¡Somos libres!”, apunta Moisés Piscoya, intérprete de la lengua de señas peruana (LSP).
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Vanessa canta con las manos y escucha con los ojos. No conoce la sensación que produce la voz humana o la música, pero puede comunicarse a través de la LSP con el mismo nivel de complejidad que lo hace cualquier persona con el español que, lejos de lo que muchos creen, es un idioma completamente distinto a la lengua de señas peruana, que tiene su propio sistema lingüístico.
“Hace un tiempo cantaba la letra del himno nacional, pero no la entendía”, expresa Vanessa a través de señas, siempre traducida por Moisés. Ella relata que desde niña aprendió distintas versiones del himno en lengua de señas, pero estas resultaban una mezcla de palabras dispersas que no tenían sentido. A modo de ejemplo, dice Vanessa, sería el mismo resultado que tendría alguien que pretendiera traducir una frase palabra por palabra de un idioma a otro, sin tomar en cuenta la gramática o la interpretación.
— Trabajo de equipo —
La de Vanessa no es una experiencia aislada, sino es una muestra de lo que viven miles de personas con discapacidad auditiva en el Perú. Desde setiembre del 2019, integrantes de la comunidad sorda e investigadores de la LSP iniciaron un proyecto para estandarizar una versión del himno nacional en lengua de señas.
Marco Malca Belén, lingüista licenciado de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y uno de los impulsores del proyecto, explica que el máximo objetivo de este trabajo es la integración de los miembros de la comunidad sorda con las personas oyentes al compartir la experiencia de interpretar y, sobre todo, entender uno de nuestros máximos símbolos patrios.
“La importancia de trabajar juntos radica en que la versión final será resultado del aporte de la comunidad sorda, lingüistas e intérpretes. Primero, les explicamos el significado y los conceptos que existen en la versión en español del himno nacional y, una vez que ellos interiorizan las ideas y significados, empezamos a trabajar en su propia versión en lengua de señas. Lo ideal es que ellos propongan ideas y, luego, hay un consenso”, expresa Marco Malca.
El lingüista dice que, hasta el momento, han logrado terminar el coro del himno y comenzaron la traducción de la sexta estrofa. Él espera que alcancen un avance importante para el próximo año. Agregó que sería ideal tener una versión final antes del bicentenario de la independencia.
“Ahora, cantamos emocionados y orgullosos el himno”, expresa con señas Roberto Rojas. “Hemos entendido el significado del himno nacional trabajando en conjunto”, agrega Paul Valdez. Tanto Roberto como Paul, quienes integran el proyecto, son personas con discapacidad auditiva que trabajan como modelos lingüísticos en escuelas para niños sordos.
Es decir, como personas ampliamente calificadas en lengua de señas cooperan con profesores en la educación de los niños con discapacidad auditiva. El propósito de un modelo lingüístico, explican, es facilitar el aprendizaje de la LSP a los estudiantes e integrarlos a su comunidad y a la cultura sorda.
— Un puente humano —
Aunque Moisés Piscoya no tiene discapacidad auditiva, su primera lengua, antes que el español, fue la LSP. Su madre murió al poco tiempo de su nacimiento y fue su hermana sorda quien lo crió.
“Desde muy pequeño, me convertí en el intérprete de mi hermana. Cuando crecí y empecé a viajar a otros países, y entendí que lo que yo hacía era una carrera en otros países, empecé a capacitarme y ya tengo más de 15 años haciendo esta labor. Me considero un puente de comunicación de dos mundos”, relata.
Para él, quien también forma parte de este proyecto, el objetivo que pretende es muy importante, debido a que la comunidad sorda –sobre todo los niños– ha estado repitiendo el himno nacional sin entenderlo, y ahora tendrá oportunidad de emocionarse y cantarle al Perú en su propio idioma.
“Cuando un niño nace sordo, tiene que acceder a la lengua de señas a muy temprana edad. No se le debe privar de su lengua. Luego, puede ya aprender a leer y escribir en su segundo idioma que es el español”, recomienda Moisés.
El doctor Miguel Rodríguez Mondoñedo, coordinador del Grupo de Investigación Señas Gramaticales de la PUCP, subraya que las autoridades deben entender la importancia de que las personas sordas cuenten con intérpretes, según lo establece el reglamento de la Ley 29535.
“La lengua no solo sirve para acceder a educación, sino para todos los aspectos de la vida de una persona, como hacer denuncias, ir a un hospital, etc. La lengua de señas crea una cultura, como ocurre con otras lenguas y es increíble que el Ministerio de Cultura no haya querido reconocerla como lengua originaria”, dice.
Rodríguez indica que su equipo también trabajó una versión en del himno nacional en la LSP y saludan que existan más iniciativas para lograr una versión única.