Loreto: en Mangua la patria se siente a la distancia [CRÓNICA]

Erlinda Ruiz Vílchez, de 81 años, y Leonardo Malafaya Ramos, de 83, viven en la comunidad de Mangua (Loreto). Ellos no saben nada de Lima ni de sus problemas. Tampoco están al tanto de lo que sucede en Palacio de Gobierno ni en el Congreso de la República.

Lo único que les preocupa es que los inviernos son cada vez más largos y que sus cultivos se estropean. También dicen que se sienten ignorados por los políticos, pero aclaran que esto no interfiere en su amor por el Perú.

Ellos cuentan que en Fiestas Patrias casi nadie enciende su televisión. Pocos escuchan el mensaje a la nación del presidente. Tampoco ven la Misa y Te Deum de Lima, pues la mayoría son evangelistas. Alguna vez han visto parte del desfile militar que recorre la avenida Brasil, pero sin mucho entusiasmo. 

“Yo formé parte del Ejército cuando era joven y me asombra ver esos equipamientos. Pero prefiero apagar la televisión y ver el desfile del colegio de aquí. También me gusta ver los juegos deportivos que hacen ese día en la comunidad”, cuenta Leonardo Malafaya.

LEJOS DE TODO
Para llegar a Mangua hay que navegar por el río Napo. Desde Iquitos, el viaje tarda seis horas. Al llegar a la comunidad, se ven aves de corral caminando al lado del río. Las crían para autoconsumo y para vender algunas. Erlinda y Leonardo viven de la cosecha de toronjas. Antes, también sacaban naranja y cacao, pero las condiciones climáticas no son las mejores últimamente. 

“Ya no se puede cosechar como antes. Todo se pone más difícil. Este lugar está olvidado. No tenemos casi nada. Me gustaría decirle al presidente que se acuerde de nosotros. No pedimos que nos regale cosas, sino que al menos pongan una fábrica para trabajar. Una ladrillera o algo. Nos dejan de lado. A pesar de esto, igual nos sentimos muy peruanos y orgullosos de nuestro país”, cuenta Erlinda Ruiz.

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