Katya Alarcón, una comerciante de la zona de Inambari, leyó el último martes junto a su menor hija una nota de El Comercio acerca de la situación de pobreza en la que viven 15 familias de Madre de Dios, cuyos integrantes, muchos de ellos adultos mayores y con alguna discapacidad, tienen que enfrentar el COVID-19 sin ser beneficiarios del bono de S/380 ni de algún programa del Estado.
Tras terminar de leer, la niña pidió a su madre destinar el dinero con el que tenía pensado darle un regalo por su cumpleaños a la compra de víveres para estas familias. La menor cumple este domingo 8 años. Su mama le había prometido comprarle una bicicleta.
Es así que esta mañana ambas se organizaron y llevaron 6 canastas de vivieres y seis manos de plátanos a tres de las familias mencionadas en la nota.
Sin embargo, ellas no fueron las únicas personas que decidieron ayudar a estas familias. Bianka Rhut Collazos, consultora del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), coordinó con sus amistades y promociones de la Universidad Nacional Amazónica de Madre de Dios, así como de otras ciudades, y decidieron apertura una cuenta bancaria para recibir donaciones. Con el monto recaudado hasta la fecha, este lunes 6 abril entregarán canastas de víveres para las 15 familias.
Asimismo, Caritas Madre de Dios, decidió llevar apoyo también con canastas de víveres. “Desde el 26 de marzo hasta la fecha Caritas de Madre de Dios ya ha entregado 500 canastas a familias pobres, integradas por adultos mayores, personas con discapacidad, madres solteras, que viven en la periferia de ciudad, en los asentamientos humanos y comunidades agrícolas”, indicó Juan Carlos Navarro, secretario general de Caritas Madre de Dios.
Agregó que lo recursos con los que cuenta Caritas para el estado de emergencia provienen principalmente de la solidaridad de la gente. Además, señaló que espera que más gente siga colaborando para que se pueda llegar a más población afectada por la crisis del coronavirus.
Agricultores sin provisiones y aumento del precio de transporte público
Nelia Cárdenas Cervantes, una agricultora de la comunidad de Santa Elena, en el distrito de Las Piedras, Tambopata, dijo a este Diario “que las provisiones de los agricultores ya se han terminado y no tienen qué comer”. Agregó que tampoco hay transporte público para trasladarse a la ciudad y provisionarse de más víveres.
Debido a la falta de transporte de pasajeros por la vía Interoceánica. Las comunidades agrícolas de Santa Rosa, Sarayacu, Unión Progreso utilizan el transporte informal (motos y motocargadores). Estas unidades los trasladan por S/150 y S/100, en una ruta donde el pasaje en autobús está entre S/15 y S/20.
En tanto, hoy, día en que las mujeres salieron a comprar las provisiones a los mercados de la ciudad, no había transporte público, solo el informal. El precio del viaje en estos vehículos precios oscilaban entre los S/15 y S/25, dependiendo del lugar. El pasaje normalmente es de S/1,50, S/2 y S/3.