La reciente muerte de la enfermera de 32 años que fue violentada física y sexualmente en Juliaca ha evidenciado la alarmante situación que viven las distintas profesionales de la salud en sus respectivos entornos laborales a nivel nacional.
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A fin de clamar justicia y que le caiga todo el peso de la ley a los responsables, esta mañana, un grupo de enfermeras se congregó en el frontis del Colegio de Enfermeros del Perú (CEP). La decana de dicha institución, Josefa Vásquez, pidió a las autoridades que aceleren los procesos y brinden el apoyo respectivo a la familia de la víctima.
“Las enfermeras del país estamos indignadas por este acto tan execrable que ha terminado con la vida de una colega. Desde el primer momento hemos estado brindando el apoyo a la familia, hemos coordinado con el Ministerio de la Mujer para que se brinde el apoyo psicológico. Actualmente, la mamá, las dos hermanas y los niños están en Lima. Estamos haciendo todos los trámites para que el día de mañana (viernes) puedan retornar a Puno junto con el cuerpo de la colega”, indicó.
Asimismo, Vásquez precisó a El Comercio una cifra más que preocupante: cada año al menos 2 a 3 enfermeras son víctimas de violación. Comentó que estos hechos ocurren, por lo general, al momento que la enfermera termina su carrera y es mandada a ejercer durante un año el Servicio Rural y Urbano Marginal de Salud (Serum) en centros o puestos médicos ubicados en zonas muy alejadas.
“Para poder ejercer su profesión tiene que hacer primero el servicio rural. Es ahí donde al año tenemos de 2 a 3 violaciones que son reportadas al Colegio. Hay que tener en cuenta que esta cifra es de lo que conocemos, pues las colegas hacen su informe. Pero puede que haya más casos que no son denunciados”, señaló.
Esta alarmante realidad parece empeorar aún más, pues en lo que va de este año, dos enfermeras ya han sido víctimas de violación sexual. Se trata de dos jóvenes que iban a terminar este mes su Serum en Huancavelica. Los responsables son un técnico y un administrativo.
“Ni siquiera llegamos al medio año y ya tenemos dos casos de colegas que han sido violadas. Ambas ya están acá en Lima, hemos coordinado con las autoridades para ver su situación. Entiendo que uno de los agresores está preso, pero el otro no. Ellos han sido denunciados ante el Ministerio Público”, detalló Vásquez.
La decana agregó que existe otro caso ocurrido hace tres años, en el que la víctima es una enfermera de Iquitos, pero que hasta el día de hoy el agresor aún se encuentra libre. Ella iba a vacunar a un poblado lejano. “Es allí donde es violada por el técnico de enfermería a cargo, quien aún está libre. No es posible”, expresó.
En esa línea, Vásquez exhortó a las autoridades del Ministerio Público y Ministerio de Justicia tomar cartas en el asunto porque las enfermeras, al llevar salud a nivel nacional, están expuestas a una serie de peligros y violencia.
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“Quizá haya más casos, pero no son reportados. Se trata de una profesión mayoritariamente femenina. Las enfermeras, al igual que el resto de mujereres peruanas, están expuestas. Que los violadores reciban todo el peso de la ley”, exclamó.
Un problema profundo
Susana Chávez, directora ejecutiva de Promsex, obstetra y especialista en salud pública, comentó a este Diario que, dentro de las distintas carreras profesionales, lamentablemente existe una mayor vulnerabilidad de las trabajadoras de salud en sufrir actos de violencia por el hecho de ser mujer. Ellas abordan riesgos durante la vida hospitalaria y la convivencia que se establece día a día.
“Sí creo que hay riesgos particulares en el rubro de las profesionales de la salud. Primero, porque tienen funciones mucho más específicas para la atención de las víctimas de violencia, esa situación las expone definitivamente a un riesgo muchas veces de enfrentarse al agresor. También está un tema que es bien silencioso, que es que muchas profesionales de la salud sufren de acoso, de maltrato por parte de sus colegas o por parte de profesionales que se asumen como superiores en la jerarquía, por ejemplo, los médicos con enfermeras, obstetras o técnicas sanitarias”, precisó.
Teniendo este diagnóstico, consideró que se trabaja muy poco con prácticas que eviten este tipo de hechos dentro de los establecimientos. Son muy pocos, por no decir ninguno, los establecimientos que tienen dentro de sus funciones el tema del manejo de la ruta frente a una denuncia de este tipo.
“Hay una absoluta aceptación en muchos casos pues se asume que es como “pagar derecho de piso”. Entonces, es un es un desafío muy fuerte, no se puede negar que al interior de las formaciones médicas también hay muchísimo machismo”, dijo Chávez.
La experta añadió que las primeras instancias que están fallando en abordar este tema son las propias instituciones sanitarias. Indicó que todas estas deberían tener instalados sus mecanismos para la prevención y atención de casos de violencia contra la mujer y de género.
“Muchas de estas situaciones podrían evitarse teniendo instancias donde las posibles víctimas o afectadas puedan canalizar, que también capaciten, formen y establezcan como normas de convivencia la posibilidad de tener espacios libres de violencia. ¿Cuánto el Ministerio de Trabajo se está esforzando para que todas las instancias del estado cuenten con este tipo de soporte y mecanismos en los espacios laborales?”, sostuvo.
Un segundo aspecto sumamente importante, detalló Chávez, es saber cuántos colegios profesionales, que ven el tema de deontología y seguridad de sus agremiados, están introduciendo este tema de violencia y generar así medidas para que sus profesionales no incurran en estos hechos y sean acusados, o para que se aborden estas demandas.
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En el caso de las demás instituciones, estas actúan frente a los actos ya perpetrados. En ese sentido, la directora ejecutiva de Promsex criticó duramente los informes del Ministerio Público.
“Creo que son terribles los informes del Ministerio Público. Algo está fallando, algo debe ser muy grave, realmente, para que los médicos legistas del Ministerio Público sigan calificando a las agresiones sexuales como ‘agresiones leves’”, lamentó.
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