El lago Titicaca en Puno se está reduciendo y dos imágenes satelitales, con diferencia de un año, lo comprueban. Los efectos del fenómeno de El Niño han hecho que este año casi no llueva y ese es uno de los factores que más está afectando al lago navegable más alto del mundo. Sin embargo, según comentan los especialistas, el volumen del lago Titicaca se viene disminuyendo hace una década. Además, la situación de este año podría empeorar hasta diciembre, mes donde, generalmente, se registra la menor cantidad de agua.
Las imágenes vistas por El Comercio son del mapa satelital de la plataforma Global Forest Watch y datan de agosto del 2022 (izquierda) y agosto del 2023 (derecha). En estas se puede observar la disminución de agua en el lago Titicaca a la altura de la ciudad de Puno y también en Desaguadero, ciudad fronteriza con Bolivia. En estas imágenes se puede ver el incremento de tierra en las orillas.
“En esta última temporada del 2022 - 2023, lo que ha agravado el problema de la disminución del lago han sido las pocas lluvias. Hemos tenido el 49% menos, casi la mitad, con respecto al promedio histórico de lo que debería darse en los meses de lluvia de setiembre a marzo”, dijo a El Comercio el ingeniero Sixto Flores, director zonal del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi) en Puno. Explicó que el déficit de lluvias está directamente relacionado con el El Niño global, las evaluaciones que se han hecho en los años que hay este fenómeno lo demuestran.
El último Niño global fue entre los años 2015 y 2016 y muchas lagunas del sur bajaron sus niveles, explicó Pedro Rau, ingeniero civil especializado en hidrología y profesor de la UTEC y el Centro de Investigación y Tecnología del Agua. Sin embargo, no se registró la misma intensidad que este año. “El problema de este año es que estamos en setiembre y ya se presentó el problema, hay que ver qué pasa porque podría empeorar. (...) normalmente las reducciones se ven en diciembre o noviembre”, indicó.
Además, los ríos afluentes al lago Titicaca - como el Ramis o Ilave - han sufrido una disminución de casi el 20% debido a la falta de lluvias y eso implica menos llegada de agua al lago, señaló el presidente de la Cámara de Comercio y Producción de Puno, Francisco Aquice.
Otro factor que afecta directamente al lago Titicaca es la evaporación del agua, aunque no es la más evidente, indicó Rau. En el altiplano (70% del territorio de la región Puno) la radiación es muy fuerte y esto genera que el agua se evapore. Además, la radiación cada vez es más fuerte por el cambio climático. En esa línea, el especialista de Senamhi sostuvo que “la pérdida [de agua] por evaporación es mucho más alta en temporada seca de lo que se gana [de agua] con la temporada de lluvia”.
Actualmente la disminución en la altura del lago es de 58 centímetros; sin embargo, se espera que siga bajando entre noviembre y diciembre, donde generalmente se registra la baja más fuerte, indicó Sixto Flores. Esto es preocupante pues la población ha elaborado técnicas para continuar con sus actividades incluso con una disminución de hasta 70 centímetros. Entonces si la altura sigue bajando, se podrían generar más problemas, comentó el presidente del directorio de la Cámara de Comercio y Producción de Puno.
Una pérdida que viene desde hace una década
La disminución del lago Titicaca ha sido alarmante este año y ha preocupado a gran parte de la población que depende de ella, sin embargo este es un problema que se va acumulando desde hace años. El funcionario de Senamhi indicó que “el descenso ha sido progresivo en los últimos 10 años porque las precipitaciones han venido con poca lluvia”. Las lluvias acumuladas del 2014 al año pasado no han llegado al 100% con respecto a los promedios históricos.
Además, explicó que, dependiendo de la temporada de lluvias y seca, el volumen del lago va cambiando. Sin embargo, ya en los últimos años, el acumulado es una pérdida. “Las precipitaciones ya han cambiado, no es como hace 20 años que llovía regularmente. [El lago] no se va a recuperar como era antes”, indicó. Explicó también que no hay nada que se pueda hacer contra el cambio climático y contra los fenómenos que generan menos lluvia, pero es indispensable que las autoridades lo tengan en mente para hacer estrategias o planes para que esto no afecte de sobre manera a la población.
A pesar de que la disminución del lago viene acumulándose desde hace una década, este año ha sido singular. Sin embargo, ya había pasado antes. Se tienen datos que en 1948 pasó algo parecido, hay una comparación del descenso del lago en ese año y es similar, comentó el director de la Autoridad Administrativa del Agua (AAA) Titicaca, Ronald Alcos, de la Autoridad Nacional del Agua (ANA).
“No sería algo inédito, es un efecto que podría ser por ciclos. Se ve que fue hace casi 80 años, así que podrá pasar en el futuro. El tema es que seguro los periodos [entre sequías] serán más cortos por el calentamiento global”, señaló Alcos. En esa línea, Pedro Rau explicó que a comparación de años recientes sí hay un descenso fuerte, pero comparado con lo que sucedió en los años 40, es similar, por lo que “es un evento relacionado al clima”, dijo.
Impacto en varios sectores
El 70 % del territorio de Puno depende de las lluvias y, en parte, del lago Titicaca, explicó Francisco Aquise de la Cámara de Comercio de Puno. Por esa razón, la sequía en el lago afecta a multiples sectores como: agricultura, pesca, turismo y el servicio de agua potable. Muchas áreas de cultivo alrededor del lago lo usan como fuente de riego para tubérculos, flores, cebolla; entonces, cuando el lago se retira se siente la escasez, comentó.
En zonas un poco más alejadas al lago, afecta el crecimiento del forraje, hierba que sirve de alimento para animales. Puno es una región productora de leche y queso, por lo que la falta de forraje fresco afecta al ganado y su producción, agregó.
En cuanto al sector turismo lo más afectado es la accesibilidad ya que el trabajo de los embarcaderos se complica. “El impacto, más que a la actividad en si, es a los usuarios y a la conectividad del transporte acuático y al mantenimiento de la isla de los Uros”, señaló. Además, se pierden los totorales, planta que crece alrededor del lago, al igual que el llacho que sirven para el cuidado agropecuario y la supervivencia de parte de la población como los Uros.
El funcionario de la ANA, agregó que el impacto de la sequía varía entre la zona alta de Puno y la zona cercana al lago. En la zona alta el déficit de lluvia se refleja en la escasez de agua pues algunos manantiales han reducido su caudal hasta en un 50%. Esto es falta de agua para los animales y por ende falta de alimento. En la zona cercana al lago, se genera un cambio en el ecosistema acuático donde se produce la actividad pesquera. Asimismo, afecta a quienes viven cerca de ese entorno, a la población que se dedica a la agricultura.