(Foto: Marina de Guerra)
(Foto: Marina de Guerra)

En marzo de este año, a Eddy Danilo García Colmenares lo mataron piratas –posiblemente ecuatorianos– para robarle su pescado, artefactos de pesca y equipos de navegación.

El pescador, que trabajaba en Puerto Pizarro (Tumbes), viajaba en la embarcación Bismarck junto a dos personas más, quienes fingieron que estaban muertas para sobrevivir al ataque. Recibieron balazos en brazos y piernas de unos sujetos que llegaron de mar adentro en deslizadores.

“Mi tío fue asesinado por piratas en la línea de frontera. Nadie lo defendió. Le robaron y le dispararon a quemarropa”, contó Leopoldo Adrianzén, ex dirigente de los pescadores de Puerto Pizarro. “Siguen matando a los pescadores y la Marina de Guerra siempre nos dice que tiene problemas logísticos para resolverlo”, agregó.

Este año, solo en Puerto Pizarro se han reportado cinco muertos y más de 10 heridos en alta mar, de acuerdo a los pescadores locales. El teniente gobernador de Canoas de Punta Sal, Jacinto Periche, precisó a El Comercio que en su jurisdicción asaltaron a 15 embarcaciones durante el 2017.

—Llegada de buque—
Sobre el aumento de la delincuencia en el mar norteño es consciente el jefe de la Capitanía de Zorritos, Luis Castro López, quien dijo que los robos suelen incrementarse durante las fiestas navideñas y de fin de año.

Para combatir estos hechos y frenar la pesca ilegal, la Marina dispuso la llegada del buque Río Quilca al litoral de Tumbes. “Fortaleceremos las operaciones en la zona de frontera, desde Paita (Piura) hasta Puerto Pizarro. No obstante, esta embarcación solo estará en esta área durante diciembre y enero ya que en ambos meses aumentan los robos”, comentó.

Actualmente, la Capitanía del Puerto de Zorritos solo cuenta con dos buques para la vigilancia y el control en Tumbes. Tiene, además, dos patrulleros de costa que están inoperativos mientras dure su mantenimiento.

—Vigilancia y control—
“Hay problemas logísticos. Los pescadores han presentado muchas quejas por los continuos asaltos”, dijo Cristian Gutiérrez, titular de la Dirección Regional de Producción de Tumbes.

Para el funcionario, además de los asaltos en alta mar, el otro mayor problema es la pesca ilegal de arrastre y boliche. En Tumbes, hay 140 embarcaciones ilegales que ingresan dentro de las cinco millas destinadas a la actividad pesquera sin autorización. “Son embarcaciones foráneas y nacionales, de Chiclayo y Piura, que pescan sin permiso en todo el litoral de Tumbes. El gobernador Ricardo Flores ha enviado un documento al ministro de Defensa para informar sobre estos problemas”, comentó Gutiérrez.

Añadió que se han reunido con el capitán Castro debido al incremento de robos en el litoral norteño. “Los pescadores nos exigen mayor vigilancia y control. Por ello, la capitanía gestionó la llegada del buque Río Quilca. Ojalá que mejoren las cosas, porque en comparación con el 2016, este año aumentaron los robos”, dijo.

Con él coincidió Adrianzén, quien ha tenido que dejar por un tiempo el mar de Tumbes, debido a las posibles represalias. La situación ha obligado a los pescadores de Puerto Pizarro a formar una ronda de vigilancia marina en la zona. Desde el año pasado, su objetivo es ahuyentar a los piratas, quienes presumiblemente llegan desde Ecuador y Colombia

Contenido sugerido

Contenido GEC