Joanna Cristine Cortijo Yance  fue atacada cuando ocupaba la residencia para doctores del Hospital Essalud de Pucallpa (Ucayali). (Foto: Alessandro Currarino)
Joanna Cristine Cortijo Yance fue atacada cuando ocupaba la residencia para doctores del Hospital Essalud de Pucallpa (Ucayali). (Foto: Alessandro Currarino)
Gladys Pereyra Colchado

Arthur Miller Meléndez Reategui forzó la puerta del cuarto que la médica Joanna Cristine Cortijo Yance ocupaba desde hace más de un año en residencia para doctores del Hospital Essalud de Pucallpa (Ucayali), se lanzó sobre ella cuando dormía, le golpeó en el rostro varias veces, estrelló su cabeza contra el piso, la ahorcó, le laceró las amígdalas al introducir un dedo en su garganta para callarla y lastimó sus rodillas y muslos cuando intentó abrirle las piernas. Ella tiene exámenes médicos que comprueban el daño físico que le causó. Él – que fue detenido en flagrancia por vigilantes que escucharon los gritos de la joven antes de que consumara la violación – lo niega todo. El juez le creyó a él.

El caso ocurrió la madrugada del lunes 6 de enero y para el jueves 9 el agresor ya estaba en las calles. El juez Roy Roger Ruiz Dávila, del 3° Juzgado Penal de Investigación Preparatoria de Ucayali, consideró que no había suficientes elementos de convicción para darle prisión preventiva y ordenó comparecencia restrictiva contra el sujeto, además de una caución de 800 soles.

“El mensaje del juez es que quería que me violen, me maten o termine en coma para que lo mantengan preso”, dijo la víctima a El Comercio.

Otra irregularidad que denuncia es que cuando acudió en la madrugada a la comisaría a dar su testimonio le pidieron volver más tarde. “No había fiscal de turno ni médico de turno, me dijeron que vuelva a las 8 de la mañana para dar mis declaraciones. Lo peor es que cuando pasé el examen del médico legista este catalogó mis lesiones como leves, lo que influyó en la decisión del juez”, agrega.

Arthur Miller Meléndez Reategui fue detenido en flagrancia. Lo liberaron luego de 3 días. (Cortesía)
Arthur Miller Meléndez Reategui fue detenido en flagrancia. Lo liberaron luego de 3 días. (Cortesía)

- Busca justicia -

El agresor trabajaba como vigilante del hospital y, luego de su liberación, Joanna ha solicitado su traslado para no regresar a Pucallpa. “Temo por mi vida. Él sabía que no había nadie en la residencia, lo tenía todo preparado”, enfatiza.

Pese a que tenía un cuchillo cuando lo detuvieron, la resolución que rechaza el pedido fiscal de prisión preventiva señala que no hay “fuerte sospecha” de que quiso violarla. La versión de Meléndez es que entró al cuarto por “curiosidad” luego de escuchar ruidos en el interior. Sobre los golpes dice que fueron parte del forcejeo porque la joven empezó a gritar y lo arañó.

La 4° fiscalía penal corporativa de Coronel Portillo ha apelado la liberación y pide que el proceso por violación sexual en grado tentativa sea con el sujeto tras las rejas.

Resolución del juez menciona que el agresor no pasó por el examen psicológico.
Resolución del juez menciona que el agresor no pasó por el examen psicológico.

Essalud ha respaldado a la joven y ha dispuesto su traslado a Lima. La Presidenta Ejecutiva de Essalud, Fiorella Molinelli, informó que han puesto a su disposición la asesoría legal del Seguro Social “para llevar el caso hasta las últimas instancias”.

Asimismo, han abierto un proceso contra la empresa HALCONES Segurity Company S.A.C., para la cual trabajaba el agresor, a fin de determinar su responsabilidad frente a los hechos.

El Colegio Médico del Perú (CMP) va más allá. Además de acompañar y asesorar a la joven en la denuncia, exige que se mejoren las condiciones de seguridad y protección para el ejercicio de la medicina en los establecimientos de salud del país, tanto para médicos internistas como para los que se realizan el Servicio Rural y Urbano Marginal de Salud (Serums).

El Dr. Edén Galán Rodas, secretario del interior del CMP, denunció que los profesionales a la salud están expuestos a riesgos en provincias que van desde las agresiones físicas, verbales, acoso, hostigamiento y accidentes de tránsito.

“Hace 10 años morían en promedio dos médicos serumistas cada año. Ahora la tasa se ha duplicado porque también han aumentado las plazas en el interior del país”, agregó.

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