Fernando Vivas

Lima no será capital sin peajes de la noche a la mañana, ni segura en pocos meses, ni potencia mundial en pocos años. Al alcalde Rafael López Aliaga eso ya le quedó claro. Pero el poder municipal aporta un consuelo: cambiar el nombre de los parques y las calles en un triz. Basta una ordenanza que diga que lo que se llamaba Parque de la Democracia llámese en adelante Parque Luis Giampietri Rojas y lo que se llamaba Parque de la Cultura (y alternativamente, Parque Luis Alberto Sánchez), llámese en adelante Parque Óscar Luis Castañeda Lossio. Regístrese las ordenanzas 2571 y 2572, publíquese en El Peruano y comuníquese a la Sunarp el cambio de nomenclatura. Si hay jaleo, deróguese la ordenanza 2572 y lo que dejó de llamarse X vuélvase a llamar X.