La convulsión política del 2018 ha servido como licuadora para las aspiraciones presidenciales de algunos líderes partidarios. Tal es el caso de Alan García y Keiko Fujimori, quienes cierran el año con más de 80% de desaprobación, según la encuesta de diciembre de El Comercio-Ipsos. La lideresa de Fuerza Popular ha perdido respaldo incluso entre quienes votaron por ella en la segunda vuelta del 2016, el 55% de sus votantes la desaprueba y solo el 38% la respalda.
Distinto es el caso de Alfredo Barnechea y César Acuña. Acción Popular, el partido de Barnechea, ha tenido un gran año: ganó la elección en Lima Metropolitana con un porcentaje contundente y logró un efecto de arrastre en varios distritos de la ciudad. Además, obtuvo 13 alcaldías provinciales y tres gobiernos regionales. Con ello se consolidó como el segundo partido político con mayor presencia en el país. El primero es justamente Alianza para el Progreso, el partido de Acuña. Ellos fueron los únicos que presentaron candidatos en todas las regiones (Acción Popular no presentó en tres) y la apuesta rindió frutos: 26 alcaldías provinciales y cuatro gobiernos regionales, además de cinco alcaldías distritales en Lima Metropolitana.
Sin embargo, aunque sus partidos han tenido un buen desempeño, la popularidad de ambos no ha mejorado significativamente. Acuña se ha mantenido en 14% de aprobación desde setiembre y Barnechea ha mejorado discretos cinco puntos desde esa fecha, alcanzando 19%.
Aun así, la proyección de los dos personajes con miras al 2021 es dispar. Acuña controla su partido, así que su candidatura está asegurada en caso quiera postular, tendría respaldo político en las regiones en una eventual campaña electoral y cuenta con los recursos para financiarla.
Barnechea pertenece al partido que mayor popularidad ha logrado este año, pero no tiene la candidatura asegurada, debido a sus conflictos con otros líderes de Acción Popular.
Los dos personajes que terminan el año liderando las encuestas son Julio Guzmán y Verónika Mendoza. Aunque uno de cada cuatro peruanos los aprueba, sus perspectivas al 2021 son menos optimistas de lo que uno esperaría. Más allá del tema partidario –ninguno de los dos tiene partido inscrito, pero ambos se encuentran juntando firmas–, que podría solucionarse con la invitación de alguno de los 23 partidos con inscripción vigente, su principal problema es que el apoyo popular con el que cuentan es débil.
Si bien cuando se pregunta por ellos individualmente, Julio Guzmán cuenta con 25% de aprobación y Verónika Mendoza con 23%, cuando son evaluados junto a otros políticos en la pregunta de simpatías (“¿Y con cuál de estas personalidades simpatiza más usted políticamente?”), un símil de intención de voto fuera de época electoral, Guzmán obtiene 9% y Mendoza, 7%. Es decir, ninguno de los dos logra transformar la buena imagen con la que cuenta entre algunos ciudadanos en apoyo electoral.
En abril del 2014, dos años antes de las elecciones del 2016, el 23% declaraba simpatizar con Keiko Fujimori y 14% con Pedro Pablo Kuczynski.