En los últimos cuatro años, gran parte de las críticas hacia el Congreso se han centrado en la Comisión de Constitución. Los cuestionamientos se han dirigido a la baja calidad técnica y poca deliberación de las leyes que salieron de este grupo, presidido hasta el 2019 por Rosa Bartra (Fuerza Popular) y liderado en este nuevo período por Omar Chehade (Alianza para el Progreso).
Constitución es una de las comisiones más importantes del Congreso, pues de allí salen las reformas a la Carta Magna –un anhelo latente en varios congresistas– y las modificaciones a las reglas electorales. Esto último tomó más fuerza en los últimos años, debido a que el presidente Martín Vizcarra impulsó un paquete de reforma política, que empezó en el 2018 con el referéndum en el que se aprobó la no reelección de congresistas pero se rechazó reinstaurar la bicameralidad.
MIRA: Inmunidad parlamentaria: Cinco bancadas evaluarán su posición
La propuesta de bicameralidad fue desestimada, luego de que Vizcarra expresara su rechazo a las modificaciones introducidas por la Comisión de Constitución a la propuesta original de Palacio. El grupo liderado por Rosa Bartra buscó introducir cambios en la cuestión de confianza y otros aspectos sobre el control político del Parlamento sobre el Ejecutivo.
En ese período, el Legislativo ya había intentado hacer modificaciones sobre la cuestión de confianza, a través de cambios al reglamento del Congreso. Sin embargo, el Tribunal Constitucional las declaró inconstitucionales. En su fallo, el máximo órgano constitucional estableció que, para “efectuar trascendentales reformas que inciden en la esencia misma de nuestra Constitución, debe demandarse un importante nivel de deliberación”.
Dinámicas ‘exprés’
En el nuevo período, la modificación a la inmunidad parlamentaria –la reforma constitucional que más revuelo ha causado– conllevó un debate de poco más de diez horas, en cuatro sesiones en la Comisión de Constitución.
Solo una de esas sesiones se destinó a escuchar a especialistas, que eran miembros del consejo consultivo. Esta semana, este último ha sufrido 15 renuncias tras lo aprobado en el pleno del domingo.
A esto se suma que Chehade no defendió en el pleno lo aprobado por su comisión. El texto que aprobaron tras diez horas de debate solo modificaba un artículo de la Constitución. En el hemiciclo, el texto final que se aprobó en primera votación acabó cambiando cinco artículos en solo tres horas de debate. Pese a que el dictamen elaborado por su comisión fue cambiado, sin previo análisis constitucional y solo producto de acuerdos políticos, Chehade no se cansó de repetir que aquel era un “día histórico”.
La situación se agrava si tomamos en cuenta que, en el debate del domingo, Chehade pidió un cuarto intermedio a las 8:03 p.m. para presentar un nuevo texto sustitutorio que incluiría los pedidos de diversos congresistas respecto a la eliminación de la inmunidad de otros altos funcionarios. Tan solo le tomó 15 minutos elaborar la propuesta y presentarla al pleno. Una hora después, este la había aprobado.
Composición
El constitucionalista Víctor García Toma consideró que la Comisión de Constitución es un reflejo de cómo ha decrecido, en general, la representación política. “En el Congreso anterior tenías una composición con una mayoría abrumadora, que podía darle un manejo al Parlamento casi unilateral, pues bastaba con la voluntad de Fuerza Popular para que un tema se volviera ley”, recordó.
Ahora se observan las consecuencias de una reforma fallida, según el exministro de Justicia. “Sin la posibilidad de reelección, siendo un período corto de un año, y tomando en cuenta la crisis de los partidos, el resultado es gente muy inexperta parlamentariamente, y también en términos políticos”, dijo.
De la actual composición de la Comisión de Constitución, solo 13 de los 24 integrantes tienen estudios en Derecho. Mientras que solo seis han sido congresistas en anteriores períodos.
Para Óscar Urviola, expresidente del Tribunal Constitucional, los partidos no tienen –ni se preocupan por tener– cuadros especializados en materia constitucional. Además, señaló que, en el Congreso disuelto, la legisladora Bartra demostró una convocatoria más abierta de especialistas, que permitió la participación de personas calificadas en el debate sobre la reforma política.
Chehade ha sido más reacio a convocar a especialistas, a los cuales ha criticado en varias ocasiones desde su comisión. “Usted ha hablado de una contrarreforma al igual que algunos politólogos que creen saber más que uno, y que creen que son el Mesías y que tienen al costado la tabla de los 10 mandamientos, que su verdad está escrita en piedra. Y no es así, acá estamos en el Congreso de la República”, dijo Chehade en la sesión del 26 de mayo ante unas críticas de Gino Costa (Partido Morado).
Urviola señaló que una reforma constitucional requiere un proceso amplio de debate y consulta, con la convocatoria de académicos y de los sectores afectados. “No se puede estar haciendo recortes por aquí y por allá, de manera abrupta. Los legisladores tienen que entender que la Constitución está armada sistemáticamente, de tal manera que si hago un recorte en un lado, generas desequilibrio en otros lados”, apuntó.