“De ser vacado, el caso de PPK se parecería al de Billinghurst, quien gobernó de agosto de 1912 a febrero de 1914. Aparte del de Paniagua, el de PPK sería el gobierno más breve desde Sánchez Cerro”, dice. (Juan Ponce / El Comercio)
“De ser vacado, el caso de PPK se parecería al de Billinghurst, quien gobernó de agosto de 1912 a febrero de 1914. Aparte del de Paniagua, el de PPK sería el gobierno más breve desde Sánchez Cerro”, dice. (Juan Ponce / El Comercio)
Renzo Giner Vásquez

Hoy, el presidente Pedro Pablo Kuczynski se presenta ante el Congreso para enfrentar una moción de vacancia en su contra. De aprobarse, se sumaría a José de la Riva-Agüero y Sánchez Boquete, Guillermo Billinghurst y Alberto Fujimori en la lista de presidentes vacados por incapacidad moral permanente.

“Siendo estrictos, deberíamos decir que solo hemos tenido una vacancia presidencial por el Congreso, la de Fujimori en el 2000”, explica el historiador Carlos Contreras.

— ¿Por qué?
Los otros casos tienen particularidades muy diferentes al de Fujimori y al que puede producirse hoy.

— ¿Cuáles?
En 1823 el Congreso exoneró de sus obligaciones a Riva-Agüero. Esa fue la palabra técnica porque no existía la figura de vacancia presidencial por incapacidad moral, como lo demuestra el abogado Abraham García Chávarri en su tesis universitaria. Lo curioso es que el Congreso era el mismo que lo había nombrado mandatario.

— ¿Por qué lo exoneró?
Porque vivíamos una grave crisis política ocasionada por las derrotas a manos del ejército realista. La independencia peligraba, el ejército realista había recapturado Lima, José de Canterac había entrado a la Plaza de Armas, el Congreso y el Ejecutivo se habían refugiado en el Callao y la destitución fue en el puerto. Riva-Agüero no acató la destitución y en Trujillo intentó establecer un gobierno, mientras que el Congreso, en el Callao, elegía a Torre Tagle como nuevo mandatario. Entonces, había dos presidentes, además de Antonio José de Sucre, que como enviado de Bolívar estaba ya en Lima. Un caos total.

— ¿Qué sucedió con Billinghurst en 1914?
Él también había sido elegido por el Congreso porque las elecciones de 1912 habían sido anuladas por una serie de irregularidades. Pero ese Congreso –dividido entre la facción de Leguía y la de Pardo o el Partido Civil– era de mayoría civilista y Billinghurst estaba incómodo porque deseaba que su partido, el Demócrata, tuviera esa mayoría. En esa época, el Congreso se renovaba por tercios, no coincidía con la elección presidencial. Entonces, planteó disolverlo y convocar a elecciones...

— ¿Lo logró?
No, el Congreso instigó al Ejército para que se oponga. El 4 de febrero de 1914 hubo un golpe militar liderado por el coronel Óscar Benavides y obligaron a Billinghurst a dimitir. Fue más parecido a un derrocamiento como el de Bustamante y Rivero por Odría o al de Belaunde Terry por Velasco Alvarado. Se creó un gobierno provisional que después de una convención de partidos devolvió el poder al Partido Civil.

Finalmente, Fujimori en el 2000…
Ahí es más o menos conocido que viajó al Asia para una reunión de mandatarios y el 20 de noviembre envió una carta de renuncia por fax. El Congreso no lo aceptó y al día siguiente lo destituyó por incapacidad moral permanente. Pero hay otros precedentes de enfrentamientos graves entre el Ejecutivo y Legislativo que normalmente tienen que ver con la falta de una mayoría congresal oficialista.

¿Por ejemplo?
En el segundo gobierno de Leguía, en 1919, no tenía un Congreso dominado por sus partidarios. Dio un golpe de estado para disolverlo y convocó a una Asamblea Constituyente. Luego, caería por un golpe militar de Sánchez Cerro. Otra situación fue durante el gobierno de Bustamante y Rivero, entre 1947 y 1948. Él era apoyado por una coalición de partidos donde el APRA era hegemónico. Un par de años después de iniciado su gobierno rompió con esta alianza y se dio inició a un hostigamiento muy fuerte desde el Congreso con censuras al gabinete, obstrucción a políticas del Gobierno, eso generó un grave clima de inestabilidad, los empresarios se fastidiaron por la política proteccionista del Gobierno y estos últimos terminaron instigando al Ejército para que derroquen al presidente. Así el héroe del momento, el general Odría, derrocó a Bustamente y Rivero en 1948.

— Parece que nuestra historia política es cíclica…
No lo había pensado de esa manera pero podemos decir que cada generación vive un episodio como el de hoy en el Perú. Lo de Billinghurst y Leguía pasó en 1914 y 1919, 30 años después ocurre con Bustamante y Rivero, 20 años después con Belaunde, el autogolpe de Fujimori en 1992 y 25 años después tenemos la situación actual.

— Reflejo de una enorme inmadurez política.
Creo que refleja la dificultad para que los peruanos alcancemos acuerdos. No sé si es un problema de los partidos, de la cultura política, de la población, de diferencias económicas, sociales o culturales. Es un problema muy difícil como para señalar a un solo culpable. Parece que tiene que ver más con la manera como se constituyó el país y cíclicamente eso erupciona en graves crisis política. Sin embargo, creo que vamos mejorando…

— ¿En serio?

Antes las crisis terminaban en golpes militares y muertes. Ahora, en el 92 no hubo golpe, en el 2000 tampoco. Las vacancias, aunque son rudas y no dejan de crear inestabilidad, son una figura constitucional.

— Basado en casos anteriores, ¿qué impacto tendría una eventual vacancia?
Depende de cómo se ejecute. De no haber un cambio de gobierno, el daño podría ser minimizado porque estaríamos ante la continuidad de un gobierno con buenas relaciones con el empresariado, con intenciones de destrabar inversiones. Si hay una continuidad de esta política, el viento a favor internacional debería ayudar a que retornen las inversiones.