(Foto: TV Perú)
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Redacción EC

La justificación de para boicotear la aprobación del dictamen que finalmente permitiría la supervisión de las cooperativas de ahorro y crédito por parte de la Superintendencia de Banca y Seguros ha sido pretender hacer creer que quienes buscan su formalización y fiscalización en realidad no desean más que desaparecerlas. Lo cual es tan falso como creer que a Keiko le apena la situación de Kenji o que el arquero del Liverpool, Loris Karius, fue víctima de magia negra en la última final de la Champions League, que ganó el Real Madrid.

Desde que surgió la necesidad de abordar el tema, hace unos 14 años, el Congreso le ha puesto cabe tras cabe a la norma. ¿Por qué? Muy simple: no le convenía. Y entender el conflicto de intereses que hoy enfrenta el fujimorismo nos sirve también para entender lo que pasó antes, incluso cuando los naranjas no constituían mayoría.

En los últimos cinco años ,el número de cooperativas identificadas en el Perú (es decir, visibles) se ha duplicado. De las 671 identificadas, más de 500 se oponen a su supervisión. ¿Cuál es la razón? Lo dicen la SBS, la Unidad de Inteligencia Financiera, la fiscalía y el sentido común. Un gran porcentaje se ha convertido en la fachada perfecta para lavar dinero ilegal. Producto del narcotráfico, la minería ilegal, etc. Y una de las formas que han encontrado para evitar la obligación de rendir cuentas ha sido a través del poder político: financiando campañas electorales.

La semana que pasó conocimos el caso de René Manrique Cusirramos, ex presidente de la Confederación Nacional de Cooperativas del Perú, gerente de la cooperativa Presta Perú y, ¡oh, sorpresa!, ex candidato al Congreso con el número 2 por Arequipa en la lista de Fuerza Popular. Pues bien, según información de la ONPE, la cooperativa que gerencia le prestó S/33 mil para financiar su campaña al Parlamento. Monto que no es poco para una cooperativa, sobre todo si entendemos la razón de ser de las mismas, que nada tiene que ver con el financiamiento de partidos políticos.

No solo eso, a título personal, Manrique, a quien no le alcanzaba la plata para su propia campaña, aparece sin embargo como aportante de FP. La suma total de sus aportaciones desinteresadas al partido de Keiko Fujimori asciende a poco mas de S/122 mil. ¿De dónde, ah? Si él mismo no tenía ni para la suya propia.

Peor, hay más gatos encerrados. En una entrevista que le hizo el programa “Panorama”, el entonces candidato al Congreso confirmó haber sido invitado al partido por Joaquín Ramírez. That’s correct, el hombre de confianza de Keiko involucrado en lavado de activos. El sobrino de Fidel, dueño de Alas Peruanas, a la sazón, una cooperativa de “servicios múltiples”.

Hay más. La congresista Úrsula Letona ha reconocido haber recibido un préstamo de la Cooperativa San Isidro para gastos de campaña. Según “Panorama”, sucedió lo mismo con Aramayo, Bartra y Albrecht. ¡Albricias, albricias! La dichosa cooperativa aparece en la lista de las que son actualmente investigadas por la Fiscalía de Lavado de Activos. La investigación está en etapa preliminar. Tan caídos del palto tampoco somos.