Hasta que el nuevo Congreso de la República asuma funciones en el 2020, el Ejecutivo gobernará sin Parlamento. Ayer, en un discurso de poco más de una hora, el gobierno –a través del presidente Martín Vizcarra y el primer ministro Vicente Zeballos– presentó su plan de trabajo durante el interregno parlamentario: un abanico de propuestas que abarcan desde el aseguramiento universal de la salud hasta un posible aumento de la remuneración mínima vital.
El Comercio consultó con los analistas políticos Mabel Huertas, Jeffrey Radzinsky, Arturo Maldonado y Pedro Tenorio sobre las medidas que el gobierno planea ejecutar luego de la disolución del Congreso.
1. ¿Cuál ha sido el objetivo del Ejecutivo con este plan que presentó?
Según Mabel Huertas, periodista y analista en temas políticos, el discurso del gobierno se da en una “situación atípica”. “Lo normal hubiese sido que el nuevo primer ministro se presente ante el Congreso de la República. Pero como no hay Congreso, ha decidido hacerlo ante la ciudadanía”, comentó.
En la misma línea, Jeffrey Radzinsky, profesor de la Escuela de Gestión Pública de la Universidad del Pacífico, señaló que el mensaje ha sido “una suerte de presentación fuera del pleno del Parlamento”.
Para el periodista Pedro Tenorio, el propósito del discurso es eminentemente político. “Al no tener un adversario al frente [el Legislativo], el Ejecutivo se ve en la necesidad de impulsar anuncios y medidas que la población pueda percibir como propias de un gobierno que avanza”, indicó.
Por su parte, Arturo Maldonado, socio del grupo de análisis político 50+1, consideró que los anuncios sobre medidas de impacto social –como el decreto de urgencia sobre los medicamentos genéricos– constituyen “una forma de mantener esa relación que tiene el presidente con el ciudadano común y corriente, lo que podríamos interpretar como una estrategia para mantener los altos niveles de popularidad”.
2. ¿A quién fue dirigido el mensaje?
Para Mabel Huertas, el Ejecutivo está apuntando a su mayor fuente de legitimidad: la ciudadanía. Por ello, indica la especialista, el mensaje ha incluido medidas que tienen un impacto directo en la población, como el probable aumento del salario mínimo y el seguro universal de salud.
“[Martín Vizcarra] no tiene operadores políticos, no tiene partido político y no tiene bancada, porque no hay Congreso. Entonces, como siempre ha sido durante todo el tiempo que ha gobernado, lo que busca es legitimarse en la ciudadanía para poder seguir teniendo ese apoyo. Por eso es que ni en este discurso ni en el de 28 de julio vas a ver las reformas que son importantes pero que no son populares, como la laboral”.
Mabel Huertas
La analista, además, considera que este tipo de decisiones serán una tendencia en lo que queda del interregno parlamentario. “Es necesario apuntar que el gobierno está preocupado por tomar medidas que impacten al ciudadano. Tal parece que la aprobación del decreto de urgencia sobre los medicamentos genéricos es solo el comienzo. Esa es la línea que va a seguir el Ejecutivo: medidas de impacto social. No en vano los asesores del primer ministro tienen experiencia en ese enfoque [social]”, sostuvo.
Por otro lado, Tenorio indicó que anuncios como el de la aprobación del decreto de urgencia sobre el control de fusiones tendrían como objetivo presentar a Martín Vizcarra “como alguien que no es el presidente de la Confiep ni es el presidente de los empresarios”.
Sin embargo, para Maldonado el Ejecutivo sí habría apuntado también al sector empresarial con anuncios de medidas como el plan de infraestructura vial, que podría interpretarse como “un énfasis en mostrar que el gobierno está intentando destrabar algunos proyectos y mejorar la economía”.
3. ¿Qué tan factible es que se cumplan las medidas anunciadas?
Según Radzinsky, en el discurso del Ejecutivo “hay muchas buenas intenciones o ideas que suenan bien, pero que difícilmente se van a plasmar en la realidad”. Ello debido a que, para el analista, las anteriores gestiones ministeriales de los gabinetes no han mostrado una mayor eficiencia.
“Si uno revisa la gestión de los ministros de la época de Vizcarra, lo más criticable es la poca efectividad que han tenido para la gestión, la limitada ejecución de sus presupuestos, que es mucho mejor al promedio de la década. Se ha cometido un error típico, que es abarcar muchísimos temas en lugar de escoger 3 o 4 prioridades para implementar”, sostuvo.
En la misma línea, Pedro Tenorio consideró que “el problema del presidente Vizcarra no es uno de anuncios, sino de ejecución”, señaló.
Para Mabel Huertas, propuestas como la del aseguramiento universal de la salud no se ajustan a la realidad. “El sistema de salud está colapsado totalmente. Entonces, ¿cómo hacer un seguro de salud universal cuando la gente se sigue muriendo de cáncer porque en los hospitales del Estado no existen las medicinas correctas?”, indicó la analista.
—Lo que faltó—
Menos de dos horas antes de que inicie el mensaje del Ejecutivo, el Consejo de Minería confirmó la licencia de construcción del proyecto minero Tía María. Mabel Huertas y Jeffrey Radzinsky coinciden en que el presidente Martín Vizcarra hizo mal en no abordar suficientemente el conflicto social surgido de dicho proyecto.
Según Huertas, el mandatario debió hacer alguna referencia en su discurso a la situación en Arequipa, pero quien lo mencionó fue el primer ministro, “como en un segundo plano”. En la misma línea, Radzinsky consideró que Vizcarra “se cuidó en no tocar el tema de Tía María y se lo dejó al presidente del Consejo de Ministros”.
Para el analista, el gobierno debió referirse a la conflictividad social en general, incluyendo los casos del Corredor Minero del Sur en el Cusco y el Lote 8 en Loreto.