Daniel Urresti, el general no está en retiro [PERFIL]
Daniel Urresti, el general no está en retiro [PERFIL]
Fernando Vivas

Lo que para Nano es tremenda amenaza; él lo hace todos los días. Manda al carajo a sus rivales. Sin lisura, pura cachita con buen ‘timing’. El otro día le preguntaron por Acuña, agarró un puñado de maíz y lo tiró al aire mientras musitaba ‘plata como cancha’. En esta suerte de microprograma político que se ha convertido el paseo de los candidatos por los mercados,  no es puntero de ninguna encuesta, sino del humor.

¿Pero no le preocupa ser un mate de risa y que no reparemos en sus propuestas? ¿Merece el Partido Nacionalista un candidato que se la pase atacando a los rivales y olvide defender la obra de gobierno? Se lo pregunto de saque. “No me considero un mate de risa, no disparo contra los candidatos. No tengo la suerte como Alan García o cualquiera de ellos que les piden que se explaye en sus propuestas. A mí me entrevistan de otra manera. No soy bufón, ni títere de nadie”. Nos llevamos mejor cuando cae en cuenta que, precisamente, le estoy preguntando por sus propuestas. Quiero que hable de todo pero no sale de la seguridad:  “Es lo principal y necesito hablar de eso. Hemos avanzado pero no lo que se necesitaba. Es como meterte a un pantano. Todo es oposición, que la norma tal o cual. Salen los opinólogos y ‘segurólogos’ a decir que hay coima. Si este gobierno en algo ha fallado, es en no comunicar lo que se ha hecho, le están cargando el muerto de la inseguridad ciudadana. En 40 años no se nos aumentaba el sueldo. El presidente Humala lo ha hecho. El 24x24 ya desapareció [...]. Pérez Guadalupe está avanzando pero de una manera mucho más lenta”. Insisto en salir del tema de la dura calle, pero Urresti se resiste. Por fin lo logro. “En el 90 recibimos un país en ruinas, sin infraestructura. Toledo dejó 8 mil km de pistas asfaltadas, Alan García 12 mil y nosotros, 25 mil”. A propósito de infraestructura, ¿cree que se debe hacer un tren costero como plantean Acuña y García? “Lo que planteamos es tener 2 rutas claras de transporte de carga, de Huacho a Ica teniendo como centro Lima. Y planteamos la ‘ruta celeste’ por el mar.

Le pregunto si estuvo involucrado en la discusión de su plan de gobierno junto al ex ministro Milton von Hesse. “Sí y con técnicos de Susana Villarán. No recuerdo los nombres”. Mmmmm, hombre de acción pero no de reflexión. ¿De usted fue la idea de invitar a Susana Villarán? “Sí. Cuando ella fue alcaldesa, de repente nadie se percató, pero trabajábamos día y noche. Yo le dije que el ministerio y la policía estaban 100% a su servicio”.       

De todo lo que hablamos en esta inusual ronda de propuestas sin disparos (bueno, hubo una que otra pulla contra Alan); Daniel Urresti tiene dos caballos de batalla, seguridad y fiscalización. Propone comités de opinión vinculante, con técnicos puestos por la oposición,  que vigilen grandes licitaciones; y que la contraloría centralice todos los órganos de control interno de los 3.500 entes del Estado.  

Aprender la vaina
Urresti es candidato resciliente. El nacionalismo lo dejó de lado para apostar por Von Hesse. Cuando este tiró la toalla, volvió a la palestra. Pero ya antes había puesto su cabeza en bandeja. “Sinceramente, yo debiera estar en el Ministerio del Interior, no de candidato. El presidente tenía mucha confianza en mí. Estábamos avanzando. La aceptación de mi trabajo en la ciudadanía era evidente. Di un paso al costado porque el Apra y el fujimorismo consiguieron los votos necesarios para traerse abajo el Gabinete de Ana Jara y pedían que yo salga”.

¿No debió concentrarse en su labor en lugar de estar golpeando a la oposición? “Si alguien no se puede concentrar en su labor por hacer cuatro tuits al día, sería un retrasado mental”. El problema no es ese, sino el alboroto que generan los tuits. “Ya entiendo el sentido de la pregunta. Lo que pasa es que este es Daniel Urresti. No puedo, así sea ministro, permanecer indiferente. Todo empezó cuando estaba aprendiendo a manejar esa vaina, todos decían que debía tener Twitter. Entonces leo un tuit donde Keiko Fujimori dice ‘no tire la toalla Sr. presidente, le quedan 2 años’. Dije, Dios mío, esto es una burla. Entonces puse un tuit, ‘que yo sepa, el único presidente que tiró la toalla renunció por fax’. Lo que he hecho es decir verdades”. 

Damos un salto para atrás. Urresti está hablando de los programas sociales –se le habían quedado en la punta de la lengua cuando le pregunté por las obras de gobierno a rescatar– y recuerda su niñez en la sierra de Huancabamba, Piura. “Mi padre se queda parapléjico y eso cambió mi vida”. ¿De chico era hiperkinético como ahora? “No me hacían bullying si a eso te refieres. Siempre he sido rápido [chasquea los dedos] para contestar”. ¿La vocación militar surgió pronto? “Para nada. Quería estudiar Ingeniería Electrónica. Era mi sueño. Vivía en San Martín de Porres, fui primer puesto en todo el colegio. No tenía posibilidad de ir a la universidad, mi madre no tenía recursos, yo era el hermano mayor de 5. Trabajé como obrero en una fábrica, luego como peón en construcción, como peón. [...] Un vecino me animó a meterme al ejército, a la escuela de transmisiones, que ahí iba a estudiar Electrónica. Me enamoré del ejército”.

Un salto adelante. ¿Cómo se enganchó con este gobierno? “Me liquidan cuando me fui de baja y le había prometido a mi esposa irnos a Estados Unidos por un mes. Ya tenía el pasaje comprado. Me llama el primer ministro Óscar Valdés y me invita a encargarme del sistema de riesgo de desastre. Yo le dije que no podía, que me iba de viaje. Salí y llamé a mi esposa todo romántico [ríe]. Ella, como Condorito, dice ‘¡cómo has hecho eso!’. [...] Regresé y me hice cargo”.

No sé quién fue
No se me quita la impresión de que no candidatearía si no fuera por huir del juicio donde lo acusan de planear la muerte del periodista Hugo Bustíos en 1988. Él dice que no se le quita la impresión de que todo se complicó porque fue ministro. Se lo pregunto de esta forma: ¿Cuáles son las certezas que puede compartir con la viuda de Hugo Bustíos? “Te voy a decir las certezas. Asesinan a Bustíos y uno se escapa [Eduardo Rojas Arce]. Hay un juicio en el fuero militar, al cabo de un año absuelven a los acusados. La familia reclama hasta que lo llevan a la CIDH. [...] Se reabre el caso en Ayacucho. Se acusa al Cmdte. La Vera como autor mediato y a dos autores materiales”. ¿Y qué cree sobre la responsabilidad de ellos? “Yo no tengo que creer nada, a mí no me consta nada, absolutamente. Condenan a estas 3 personas. Buscan a un sargento no habido. En esa búsqueda interrogan al capitán [Amador Vidal] que estaba preso y dice ‘voy a decir la verdad, yo no fui, fue el S2. Ahí aparezco yo. No tengo nada que ver. Ahora Vidal dice que lo dijo para que revisen su juicio (...) Inclusive,  [hace una interjección intraducible] apareció una mujer que no conozco a decir que la he violado, y me dicen ‘tu eres un maltratador, te has reído’”.

¿Admite que  vivió una época en la que se cometieron excesos de todas las partes? “Lo que hizo el terrorismo fue más que excesos. Las cosas malas que hicieron las FF.AA. fueron excesos. El gobierno de García, y antes el de Belaunde, simplemente nos envió, ‘vayan, carajo, y acaben con eso’, sin tener en cuenta la parte política, social, económica”. ¿Ahora que es candidato siente que representa el reclamo de esos militares? “Totalmente. Represento a todos aquellos militares a los que, igual que en mi caso, nos juzgan injustamente”. ¿Y qué piensa de los que lo culparon? “Se lo dije en su cara, te perdono, te entiendo. [...] En algún momento les dije, ‘si ya cumplen condena y son culpables, ya díganlo carajo, ¿por qué me meten a mí?’. ‘Somos inocentes y esa es nuestra lucha’, me dijeron. Siguen peleando, pero nadie les hace caso”.

Urresti está en un austero y expectante 2% en la encuesta de Ipsos de hoy. “Es una buena base para comenzar”, me dice en un raro momento de calma. El nacionalismo parece desentendido, pero en realidad están esperanzados en que entre en trompo, saque chispa y brinque la valla.

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