Ambos postulan por segunda vez a la presidencia de la República. Pedro Pablo Kuczynski (PPK), de 77 años, es un economista de trayectoria que busca cerrar su ciclo político luego de haber estado al frente de cuatro ministerios. Keiko Fujimori, de 41, es la lideresa de un partido que hoy tiene como misión devolver su apellido a Palacio de Gobierno tras 15 años.
En el 2011, Keiko Fujimori quedó en segundo lugar y PPK no superó la primera vuelta. En la segunda, incluso, se aliaron contra la candidatura del hoy presidente Ollanta Humala. Cinco años después, ambos están en trincheras opuestas y solo uno cumplirá su objetivo.
Especialistas analizan este nuevo contexto en cinco ejes, así como las fortalezas potenciadas, las debilidades escondidas y los principales retos en un eventual gobierno de cada uno.
¿Es factible la concertación?
Durante su cierre de campaña este último jueves, Keiko Fujimori acusó a PPK de “promover el odio”, en referencia al respaldo que obtuvo del sector antifujimorista. La lideresa naranja se comprometió, por su parte, a promover un gobierno de “concertación nacional”.
¿Cuán fácil se le hará a la lideresa de Fuerza Popular lograr un eventual gobierno de concertación teniendo en cuenta el antivoto que lleva a cuestas?
“Keiko Fujimori va a intentar buscar la concertación, pero hay cosas que no va a lograr. Con la izquierda no va a poder concertar porque son fuerzas irreconciliables”, asegura el analista político Luis Benavente.
“Keiko Fujimori puede decir que quiere un gobierno de concertación nacional pero los hechos la desmienten”, añade Benavente e indica que PPK, por el contrario, ha capitalizado en estas últimas dos semanas el respaldo de los antifujimoristas. Ello, sostiene, se evidencia en el respaldo de la ex candidata del Frente Amplio, Verónika Mendoza. "[Esto] le facilitará tender puentes con otras fuerzas políticas”, dijo.
En la misma línea, el politólogo Arturo Maldonado menciona que los propios actos de la lideresa de Fuerza Popular han originado “altos niveles de polarización”.
La ansiada gobernabilidad
El pasado 1 de junio se realizó la acreditación de los 130 congresistas que conformarán el nuevo Parlamento en el quinquenio 2016-2021. Fuerza Popular obtuvo 73 escaños, más de la mitad del total de curules. Frente a este panorama, ¿cuál será el rol de PPK, quien tendrá una bancada de 18 legisladores?
Según el analista político Enrique Castillo, en un eventual gobierno, PPK tendrá que lidiar no solo con la voluntad de la bancada fujimorista sino con la fiscalización de las fuerzas de izquierda.
“[Conseguir la gobernabilidad] le resultará más difícil a PPK. Keiko Fujimori va controlar el Congreso y, de salir elegida, va controlar el Ejecutivo. Va a tener en sus manos las armas para convocar y lograr acuerdos. Va a depender de la voluntad de ella”, afirma Castillo.
PPK, por el contrario, “no depende solo de su voluntad y actitud sino depende de la voluntad del fujimorismo y la voluntad de la izquierda que hoy lo apoya”, agrega.
Pero no solo PPK tendrá una constante fiscalización en una hipotética gestión. En el caso de Keiko Fujimori, su principal oposición no estará en el Congreso sino en las calles, señala Arturo Maldonado. El principal reto de la lideresa de Fuerza Popular será mantener el discurso de mano firme que ha caracterizado algunas de sus propuestas políticas, añade.
“Si se comporta contrario a lo que ofrece, es decir, con mano blanda o con lavada de manos, la oposición no va a ser fuerte en el Parlamento sino va a ser fuerte en la calle. La política de las calles va a jugar muy fuerte en un eventual gobierno de ella”, prevé el analista.
Motivación orgánica
Para Maldonado, Keiko Fujimori ha logrado consolidar un liderazgo con peso propio que ya no depende de la figura de su padre, Alberto Fujimori. Aquel discurso utilizado en los mítines del 2009, aludiendo a la inocencia y al pedido de liberación del preso ex presidente, se ha visto reducido y dirigido solo a sus simpatizantes más acérrimos.
“El factor [liberación de Alberto Fujimori] antes jugaba un rol más importante. Ahora se usa más estratégicamente para no perder el voto duro del fujimorismo que sigue girando en torno al padre”, señala el analista. Keiko Fujimori ha demostrado que en esta campaña realmente aspira a ser presidenta por interés propio, acota.
En ese sentido, Enrique Castillo también reconoce el empoderamiento que ha experimentado la lideresa de Fuerza Popular y agrega que ella busca hacerse de una carrera política propia que le permita demostrar “que puede ser distinta a su padre” y que la liberación de este ha dejado de ser su principal motivación para llegar a la presidencia.
“Que ella libere a su padre, sería nefasto porque en lugar de reivindicar el apellido, lo único que haría sería ensuciarlo mucho más”, comenta Luis Benavente.
En el caso de PPK, Benavente señala que el candidato de Peruanos por el Kambio se ha convertido en un “paradigma del éxito”, ya que ha forjado una carrera de logros empresariales y acceso a cargos públicos –como el de ministro de Economía o el de primer ministro– y que el siguiente paso sería convertirse en presidente.
“[Para PPK] lograr la presidencia constituye la culminación de una carrera política exitosa”, explica Enrique Castillo, por su parte.
Consolidación de los partidos
El nivel de organización del partido también juega un papel importante en la consolidación de un potencial primer mandatario. Un ejemplo de ello es la disciplina partidaria que caracteriza a Fuerza Popular. Arturo Maldonado le atribuye esta fortaleza al partido fujimorista y prevé la cohesión de su bancada en el siguiente quinquenio.
El analista atribuye esa fuerza en una estructura basada en la afinidad ideológica que tienen los congresistas electos con Keiko Fujimori, más allá de ser una bancada integrada en gran medida por invitados.
Esta situación no se repite en el caso de Peruanos por el Kambio, ya que sus alianzas “se han creado circunstancialmente”, según Maldonado. Enrique Castillo, en tanto, tiene una visión particular sobre cuán opuestos pueden resultar los partidos de Keiko Fujimori y PPK.
“Peruanos por el Kambio es la antípoda de Fuerza Popular, ambos están en los extremos”, señala Castillo. “Mientras que Fuerza Popular es un partido vertical, disciplinado y rígido, Peruanos por el Kambio es un partido nuevo que no llega a consolidarse, que no llega a una estructura partidaria definida, que presenta cierto desorden y que tiene muchos invitados que no se sienten parte del partido”, explica.
Futuro político
Tanto Fuerza Popular como Peruanos por el Kambio se perfilan como partidos opuestos, según los analistas consultados. Pese a esto, ¿tendrán ambas fuerzas políticas la capacidad proyectarse en el tiempo, ganen o pierdan en estas elecciones?
Luis Benavente opina que a Peruanos por el Kambio se le presentan escenarios distintos según el resultado de las elecciones. Caso contrario cree que es el futuro de Fuerza Popular, partido que permanecerá así Keiko Fujimori enfrente una eventual derrota en esta segunda vuelta.
“Si PPK gana, sí [habrá un futuro político] porque va a necesitar de su partido. Si pierde, no creo que tenga mucho interés [de continuar]. [...] PPK debe tener un número dos fuerte que se vaya perfilando como su sucesor, porque si no es así, Peruanos por el Kambio se va a desmembrar muy rápidamente”, asegura el analista, quien enfatizó además que los partidos son instituciones, pero también son personas.
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JNE (@JNE_Peru) garantiza autonomía del sistema electoral en segunda vuelta ► https://t.co/uNSe35M1u8 pic.twitter.com/lhSuwf1w8E
— Política El Comercio (@Politica_ECpe) 4 de junio de 2016