(Ilustración: Giovanni Tazza)
(Ilustración: Giovanni Tazza)
Fernando Vivas

Otra vez, Richard Concepción Carhuancho dará la patada al arco. Pero todas las jugadas, las pruebas y las diligencias las hace el Ministerio Público (MP). Los fiscales Hamilton Castro y Manuela Villar se han tomado varios meses, desde el 9 de febrero de este año, cuando Castro pidió la prisión preventiva de y se encendió la alerta roja de la Interpol, para armar el cuadernillo de extradición cuyo envío a EE.UU. aprobará el juez.

La espera es indispensable, pues un cuadernillo mal hecho se traería el caso abajo con consecuencias fatales para la reputación del MP y del gobierno. Cobrarían cuerpo todas las teorías conspirativas sobre el miedo ppkausa al canto y soplonaje toledista. Por otro lado, el fiscal de la Nación, Pablo Sánchez, ha tenido que lidiar con la contingencia de tener a Toledo partido en dos casos, el de Ecoteva a cargo de Villar y el de a cargo de Castro. Duberlí Rodríguez, cabeza del Poder Judicial (PJ), se sumó a la presión para que las investigaciones se acumularan en una sola, pero Sánchez adujo que no podía hacerlo, pues cada caso se manejaba con un código procesal distinto (y quizá también estaba disimulando el celo de los fiscales por no soltar su parte de la presa). En todo caso, para no dar un feo espectáculo a la justicia estadounidense que recibirá el cuadernillo, el MP prometió presentar un único y sólido cuerpo probatorio. Tanto Castro como Villar viajaron a EE.UU., mostrando que coordinan como equipo y, junto a Sánchez, han asistido a por lo menos una teleconferencia con autoridades de EE.UU. en la embajada gringa. Además, los indicios de que los beneficios que obtuvo la familia Toledo Karp a través de Ecoteva provienen de la coima de Odebrecht se habrían reforzado –hasta casi cerrar el círculo– con la colaboración eficaz de Josef Maiman.

Aunque los fiscales se prometieron a sí mismos tener el cuadernillo en estos días, apareció algo que no es un escollo sino una oportunidad que podría postergarlo unos días más: Castro ha pedido acumular al Caso Odebrecht la investigación recientemente ampliada sobre la coima que habría recibido Toledo de Camargo Correa. Siendo otra empresa brasileña también involucrada en la construcción de tramos de la Interoceánica al igual que Odebrecht, suena lógico acumularla. En Brasil, se archivó el gran Caso Castelo de Areia, sobre presuntas coimas de Camargo Correa, pero ese archivamiento no alcanza al Perú. Es más, ha adquirido nuevo brío gracias –es fácil presumirlo– a la colaboración eficaz de Maiman.

El Estado, a través del Ministerio de Justicia (Minjus), hace poco o nada respecto a Toledo. Contrató al estudio Foley Hoag en EE.UU. para ver extradiciones en general (no debe subrayar un sesgo hacia Toledo), pero su accionar es desconocido. He pedido al Minjus que me informen sobre Foley Hoag y no me han respondido. Al parecer, el contrato se hizo para evitar que sigan acusando al gobierno de desinterés en repatriar a Toledo.

—No se cruza de brazos—
Por supuesto, Alejandro no se chupa el dedo ni se cruza de brazos. Roberto Su, ex militante de Perú Posible, asumió su defensa tras el abandono del estudio Javier Valle-Riestra en el verano pasado. Heriberto Benítez es un intermitente vocero político del ex presidente, pero su abogado es Su.

En el Perú es poco lo que pueden hacer ahora, como no sea estar presentes en las audiencias en las que el PJ resuelve los pedidos del MP, y enviar información a EE.UU., donde tiene dos abogados, Richard Douglas y Roger Noriega, republicanos como mandan los tiempos.

Noriega y Douglas manejan la tesis de que Toledo es un perseguido político de un gobierno que en sí mismo no es su enemigo, pero estaría arrinconado por fujimoristas y apristas que quieren vengarse de su némesis cholo. Tal es el argumento central, con alusión racial incluida, del blog en inglés toledofacts.net. Una fuente ligada a la defensa del ex presidente me confirmó que todos los incidentes que puedan pintar a la justicia peruana como políticamente motivada serán expuestos ante el juez que vea la causa. De hecho, la recompensa ofrecida por el Mininter a quien delatara su paradero es casi seguro que tendrá un especial destaque. Que el fiscal Castro, en su pedido de arresto del 10/11/2017, haya consignado que Toledo tenía una reserva para volar a Tel Aviv el día siguiente en un vuelo de United Airlines podría ser esgrimido como fruto de un seguimiento impropio, aunque también es cierto que esa información se pudo obtener en Lima, de muy diversas fuentes.

Más allá del efecto que estos detalles puedan tener en la justicia de EE.UU., mi fuente me contó que, respecto al fondo del caso, la defensa apuntará a desacreditar y señalar el juego propio del ex amigo. Si en la narrativa nacional Maiman es el magnate que Toledo habría usado para escabullir la coima, en la narrativa de su defensa Maiman habría usado a Toledo para hacer negocios con los brasileños y con Barata, otro sospechoso de juego pro.

No es, esta última, una argumentación difícil de seguir, pues Maiman sabe de finanzas más que Toledo. Es más, el rastro de dinero de Odebrecht hacia Maiman, según veo en documentos fiscales, pasa por su hermana Michele Yankielowiz (su apellido de casada) y en algunos casos termina en Merhav, la firma emblemática de Josef, y no en ‘offshores’ que podrían estar ligadas al entorno toledista. Ahora bien, esto puede significar que Maiman habría recibido mucho más que una comisión por cobro de coima ajena; o que desde Merhav habría otra ruta hacia Toledo.

En cualquier caso, la defensa del ex presidente aún no conoce la cantidad y la calidad de las pruebas aportadas por Maiman. Recién cuando tengan el cuadernillo se harán una idea de la trama en la que está fatalmente enredado su defendido. Eso sí, fuentes fiscales y judiciales me dicen que, por más pruebas que se esgriman, el caso no será fácil. Un fiscal estadounidense, con los insumos que le den sus colegas peruanos, tendrá que sustentar una interpretación flexible de los delitos de lavado y colusión, ante uno de esos jueces californianos que tienen fama de garantistas de los derechos del acusado. Toledo es un hombre con suerte y aún no se tiene la fecha exacta del 2018 en que esa suerte podría acabársele.

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