Gobierno definirá en estos días a los oficiales que pasarán a la situación de retiro y luego a qué direcciones irán los que continuarán en actividad.
Gobierno definirá en estos días a los oficiales que pasarán a la situación de retiro y luego a qué direcciones irán los que continuarán en actividad.
Rodrigo Cruz

En los próximos días, mientras la atención estará enfocada en la visita de al país y en el desenlace de la cuestión de confianza presentada el pasado jueves por el Ejecutivo al Congreso, en la sede central del Ministerio del Interior habrá un solo tema en agenda por definir: la recomposición de cargos de los generales PNP y la selección de quiénes serán los invitados a pasar a la situación de retiro.

No es un tema menor. Los cambios en los oficiales de más alto rango en la policía definirán la dirección que tomará esta institución el próximo año junto a sus principales unidades operativas, con un gobierno de Pedro Castillo cada vez más cercado por investigaciones de corrupción y con prófugos de la justicia ligados al mandatario que debe capturar la PNP.

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El pasado 31 de octubre, se publicó la relación de los nuevos veinte generales de armas y dos de servicio con los que contará la policía a partir de enero del 2023. De manera que en estos días se deberá dar a conocer los nombres de quienes serán invitados al retiro y a qué direcciones serán enviados los generales que queden brindando servicio.

Por la cantidad de oficiales ascendidos este año por el Gobierno, fuentes en el sector estiman que esta vez habrá un mínimo de diez o 15 que serán dados de baja por renovación de cuadros. Son dos requisitos mínimos que debe cumplir un general para estar en esa lista: tener al menos veinte años en actividad y dos años de permanencia en su grado (en el caso de teniente generales, es de tan solo un año).

Las fuentes en el sector Interior indican que el general Óscar Arriola, jefe de la Dirección contra el Terrorismo, está en la mira de Palacio para ser pasado al retiro por ser un personaje incómodo tanto para ellos como para el líder de Perú Libre, Vladimir Cerrón. Otro es el general Adolfo Valverde Arcos, actual director nacional de Investigación Criminal, quien fue investigado por la fiscalía anticorrupción por compras irregulares en la pandemia cuando era jefe de la macrorregión Puno.

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En cuanto al alto mando, persiste el interés del gobierno de nombrar comandante general de la PNP a Segundo Mejía Montenegro, actual inspector general y paisano del presidente. Sin embargo, la ley aprobada en el Congreso (31570) en setiembre imposibilita que se realice este cambio hasta que el actual jefe de la PNP, Raúl Alfaro Alvarado, cumpla dos años en el cargo, a menos que él mismo presente su solicitud de pase al retiro o se lo destituya por falta grave, entre otros puntos.

Mantener el control de la PNP resulta crucial para el Ejecutivo en este momento en que las investigaciones de la fiscalía estrechan el cerco al presidente. Por ello, las fuentes en la institución advierten que Palacio aprovechará esta recomposición para colocar a personal de su confianza en puestos claves.

Los sobornos

Todo este proceso se da en paralelo a la investigación que realiza el Equipo Especial de Fiscales contra la Corrupción del Poder sobre los presuntos sobornos que pagaron al menos diez oficiales al presidente en los ascensos del año pasado.

Entre ellos, son dos casos los que más destacan: los de los generales PNP Nicasio Zapata (jefe del Frente Policial Tumbes) y Manuel Rivera (jefe de la Macrorregión Policial de Tacna). Ambos se reunieron en octubre del año pasado con Bruno Pacheco y Walter Ayala en Palacio cuando estaban postulando al grado de general (más temprano, Rivera López se reunió con Ayala en el Mindef y la hija de Zapata ganó una orden de servicio por S/12 mil en ese ministerio).

Según Pacheco, se pagaron al menos 20 mil dólares por ascenso y el dinero era canalizado a través de las escoltas de Castillo: los suboficiales Jorge Tarrillo Gálvez y Nilo Irigoin Chávez. Este último, amigo de la infancia del jefe del Estado en Chota.

Después de los generales, será el turno de los oficiales superiores. Entonces, se decidirá quiénes serán invitados al retiro o cambiados de unidad. Fuentes en el sector señalan que el gobierno podría aprovechar en tomar represalias contra personajes incómodos al régimen como el coronel Harvey Colchado y hacer cambios en el equipo especial de la PNP, conformado también por los coroneles PNP Walter Lozano Pajuelo, Franco Moreno Panta y Luis Alberto Silva.