En el Ejecutivo, los mea culpa por la ley laboral juvenil estuvieron ayer a la orden del día. “Desde el Gobierno tenemos que hacer un mea culpa por no haber difundido más esta norma en las redes sociales, que son los medios que los jóvenes más siguen”, afirmó ayer la ministra de la Mujer, Carmen Omonte, desde Palacio de Gobierno.
Su colega de Gabinete, el titular de Producción, Piero Ghezzi, habló de una lección aprendida. “Una lección que hemos aprendido es que había mucho más reacciones negativas de lo que nosotros hubiéramos esperado. Va a tener sentido prepublicar el reglamento para que se discuta, se vea y hacer los ajustes necesarios”.
Ghezzi también consideró que tendrá que verse cómo funciona la ley laboral juvenil durante un año “y, con base en eso, si no ha logrado los objetivos de formalización, hay que aceptar y hacer ajustes. […] Claramente no se tiene garantías de que vaya a funcionar. Debería verse cómo funciona en la cancha y realizar los ajustes con el tiempo”.
La opinión de Piero Ghezzi va en el mismo sentido que la del ministro de Trabajo, Fredy Otárola, quien el domingo pasado dijo que la norma puede mejorarse o cambiarse.
#abugattasteoye
Y en las filas oficialistas, luego de las declaraciones de la vicepresidenta y congresista Marisol Espinoza, quien consideró necesario escuchar a los jóvenes, su colega Daniel Abugattás se sumó a su posición. “Es obligación escuchar las voces de nuestros jóvenes”, escribió en el Twitter, donde creó el hashtag #abugattasteoye.
“Apoyaré lo que sea mejor para los jóvenes, quiero escuchar sus puntos de vista y por ello abro este canal #abugattasteoye. [...] Todas las leyes aceptan modificatorias”.
Por su parte, el arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani, consideró que la ley requería “una consulta más amplia”, pues si bien hay una buena intención, no se han comunicado sus alcances de manera adecuada. Comentó que los jóvenes “siempre tienen un espíritu de reclamo”, por lo que “lo práctico sería dialogar, no violentar”.
“Ojalá que se escuche, se entienda y hagamos lo que el Perú quiere. No es un problema político, es un problema muy humano: el trabajo”.
Pedido a los jóvenes
El que sí continuó con la defensa férrea de la norma fue el presidente Ollanta Humala.
“Le pido a los jóvenes que lean la ley, que se enteren y no se dejen llevar por cuatro o cinco políticos que tienen una postura ideológica y que nunca van a cambiar”, señaló durante la graduación de la primera promoción de Beca 18.
Según dijo, los jóvenes que no tienen calificación son los más vulnerables y por ello se busca trabajar de la mano con las pequeñas empresas para que los formalicen y capaciten.
Anoche, el presidente de la Confiep, Alfonso García Miró, afirmó que la norma está hecha para dos millones de jóvenes. También se refirió a la marcha del lunes contra la ley. Dijo que la respeta, pero que solo un grupo la ha cuestionado.
“Aquellos que salen a reclamar a la calle son miles de personas. Aquellos a los que beneficia esta ley son millones de personas”, comentó en Canal N.