Redacción EC

La presunta organización criminal que dirige el prófugo abogado intenta vender a través de Internet un fundo de 24.470 hectáreas de Tumbes [que podría compararse a dos veces el tamaño del distrito limeño de San Juan de Lurigancho] a 4 millones de dólares, cuando solo pagaron 200 mil dólares.

Tal y como lo reveló El Comercio hace dos semanas, la empresa ABC Group For Human Development S.A.C., que tiene como gerente a Ludith Orellana Rengifo –hermana del prófugo letrado-pagó apenas 8 dólares [23 soles] por cada hectárea a Hortencia Flores Iturralde y CIA Sociedad Civil de Responsabilidad Limitada.

Según informó “Cuarto Poder”, allegados a Orellana ofertan las 24.470 hectáreas, que incluyen un hito de frontera, tres centros de salud básicos, tres puestos de la Policía Nacional, cinco centros poblados e incluso áreas protegidas de un parque nacional.

La jefa del Servicio Nacional de Áreas Naturales protegidas de Tumbes (Sernanp), Liliana Reaño, indicó tras ver el área que la supuesta mafia de Orellana oferta en la red que “están vendiendo” el Parque Nacional Cerros de Amotape, que fue declarado zona protegida en 1975.

“Es una venta ilegal. Si están haciendo eso es una estafa. No pueden ser vendidos ni ofrecerlas las tierras”, añadió.

¿Cómo fue la transferencia?
La zona de los Cerros de Amotape fue hasta antes del conflicto de 1941 propiedad del poderoso hacendado ecuatoriano Hermenegildo Ramírez. Tras el triunfo peruano, gran parte de ese territorio pasó a formar parte de nuestro país.

Por ello, Ramírez vendió sus tierras a la empresa peruana Hortencia Flores Iturralde, tal como se lee en un documento de la época.

Tras esa fecha, nadie vinculado a la empresa hizo nada por el enorme territorio. 65 años después, la compañía se reactivó milagrosamente y en el 2006 se inscribió en los Registros Públicos. Dos años después, hizo lo propio en la Sunat. 

Y sus apoderados legales reaparecieron, tras décadas de silencio, en febrero del 2013 en las oficinas de Rentas de la municipalidad de San Jacinto (Piura), donde pagaron el autovalúo que adeudaban. Un mes después, transfirieron la propiedad al grupo Orellana.

Los descendientes de Hermenegildo Ramírez, el ciudadano ecuatoriano que inicialmente habría vendido gran parte del inmenso territorio,  señalaron que su abuelo jamás transfirió ningún terreno.