(Foto: GEC)
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José Carlos Requena

Desde el martes 23, cuando se cumplieron cien días de las medidas de aislamiento, se informó sobre una alocución del presidente . A media mañana del miércoles 24, se divulgó una convocatoria a la prensa que anunciaba, textualmente, un “balance”.

En un contexto en que todo parece ser relativo, seguramente cada quien tiene su propio balance. He ahí la importancia de escuchar al jefe del Estado. Al margen de las usuales cifras sobre contagios y decesos, fue poco lo que dijo.

Lo que hubo, más bien, fue un descargo de la imposibilidad de solucionar en cien días problemas que tienen años, décadas acumulándose. Lo más noticioso terminó siendo el anuncio de un ultimátum a las clínicas privadas y diversas menciones a la falta de empatía de diversos actores.

En la esfera política, es evidente que el presidente Vizcarra busca retomar la iniciativa. Según Ipsos, la cifra de aprobación de marzo, inmediatamente previa al inicio de la cuarentena, era de 52%. A los pocos días, un nuevo sondeo reportaba un incremento de 35 puntos porcentuales, llegando a 87%. En junio la cifra es aún alta (70%), pero el deterioro de 10 puntos en el último mes seguramente preocupa en los predios palaciegos.

Frente a ello, se tiene a un Parlamento envalentonado, que parece poco dispuesto a conciliar una agenda mínima. Su aprobación también experimentó un deterioro en junio, aunque se mantiene alta para estándares congresales (45%).

En el frente económico, el balance presidencial fue también mezquino, considerando las serias dificultades que implica llevar la reactivación en medio de un proceso electoral. A las cifras oficiales del INEI sobre los 2,3 millones de empleos perdidos en la capital, deben agregarse datos sobre la arena internacional. Esta semana, el FMI proyectó un decrecimiento de 13,9% para el Perú, una cifra mayor que la correspondiente a Chile (-7,5%) y Colombia (-7,8%).

De manera más específica, hay que ver el serio impacto en términos de pobreza monetaria. El viernes 26, en el marco del seguimiento detallado que realiza desde el inicio de las medidas de aislamiento, Macroconsult estimó que habría un deterioro de casi diez años, con un mayor impacto en los sectores medios. Todo ello tendrá, sin duda, correlatos sociales y, más importante, políticos.

En el recuento, el resultado claramente trasciende lo que el gobierno de Martín Vizcarra pudo hacer en los 105 días que dura ya el largo encierro o en los 829 días que lleva el mandatario en el cargo. Pero el balance, lamentablemente, no se dio. Se tuvo, más bien, un lance: “acción de echar la red para pescar” (RAE). ¿Pescar simpatías?

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