Fernando Vivas

Mientras hacemos los retratos y hablamos del revés mundialista, nos revela una fase crucial de su vida: fue barrista de Universitario mientras vivía en Matute, sede del estadio de Alianza Lima. “Era la oveja crema del barrio”, dice, y nos deja pensando en otras pasiones, las que se enfrentan en la política. Respecto a estas, por ejemplo, nos contó que el Congreso inaugurará un “parque para la memoria de los caídos del terrorismo”.

— Cuando era un aguerrido vocero de FP me dijo que un partido a veces tenía que “mostrar el músculo”. ¿Cree que como presidente del Congreso siguió con esa actitud cuando debió ser más concertador?
No. Creo que sí se debe mostrar el músculo cuando la institución está siendo atacada. Lo digo en buena onda y es una frase de político antiguo: mostrar el músculo cuando tenías un presidente que entre uno de sus objetivos estaba levantarse al país, un gobierno que quería partir una bancada robando congresistas. La diplomacia acreditada en el Perú nos ha saludado por la transición democrática impecable. [...] Las viudas de PPK no perdonan que se haya sacado a una persona por corrupción.

— ¿Esa transición es lo que más destaca de su gestión?
Hay varias cosas para destacar y lo harán el tiempo y los analistas objetivos. Primero, se ha intentado recuperar una agenda parlamentaria que se hace con el Gobierno. Pero sí, este año hubo 3 gabinetes, un voto de confianza denegado, 2 procesos de vacancia, 3 congresistas desaforados, se definió el sistema de votación para eso [los miembros de la Comisión Permanente no pueden votar en el pleno]. Mi saludo a todos los portavoces por haber manejado esto.

— ¿Qué hay de la agenda proactiva del Plan Perú?
Los condenados por terrorismo no pueden postular, no prescriben los delitos de corrupción, no se puede modificar las leyes electorales en pleno proceso. Le hemos dado normas a la Sunat para facilitar el trabajo de las pymes. Fortalecimos la contraloría.

— Me extrañó que tras aclamar esa ley, ustedes no comunicaran sus mecanismos de control.
Dijeron que defendíamos a [el ex contralor] Alarcón, lo sacamos. Que no íbamos a apoyar a Nelson Shack, lo fortalecimos. Sí se explicó eso y lo del gasto, pero los medios no sacan la explicación. Tenemos control interno y la Mesa designa al auditor.

— ¿No sería una buena salida invitar al contralor a que sugiera quién puede ser auditor del Congreso?
Puede haber mil salidas. La contraloría, igual, al margen del auditor, puede venir y pedirnos cosas.

— Sigamos con la agenda legislativa. ¿No le frustra que no se acuerden cosas tan importantes como una autoridad de transporte para Lima y Callao?
No. Hay algunos que no están de acuerdo, por lo tanto hace falta más debate. Me frustra que los temas de Ética se queden sin resolver. [La Comisión de Ética] fue mi primer cargo en el 2007 y mandé a su casa a las congresistas Elsa Canchaya y Tula Benites.

— ¿Hubiera mandado a su casa a Yesenia Ponce?
Y a otros más. Evito nombres en particular como presidente del Congreso. Estoy esperando volver a mi escaño con ansiedad para poder decir lo que quiero decir, lo que tengo para decir y sentirme tranquilo, para volver a mostrar el músculo [sonríe]. Ética sí me genera un sinsabor.

— ¿Y si personalidades de fuera del Congreso asesoran a Ética?
No. Suscribo 100% que tiene que estar formada solo por legisladores, tenemos la capacidad de autorregularnos.

— Una pregunta personal e histórica. ¿Le pasó por la cabeza que, si PPK era vacado y renunciaban los ‘vices’, podía ser presidente?
Lo que me pasó por la cabeza es que tenía que asumir lo que me correspondiera asumir. Yo sabía que el ex presidente Kuczynski estaba mintiendo. Decía “van a renunciar” [los vicepresidentes], pero los mirabas a los dos con cara de ‘mentira, pero qué nos queda sino estar acá’. La que jamás iba a renunciar era la segunda ‘vice’ porque pedía a Vizcarra que renuncie.

— Pero, luego, sí se puso la banda y, confiese, se la llevó de recuerdo.
[Sonríe] Fue un tema de protocolo. La banda del presidente Vizcarra era muy grande, y acá me insistieron e hicieron otra banda.

— ¿Qué reformar para no tener el promedio de congresistas que tenemos?
Pero no es una ley lo que falta, son criterios. Hay quienes prefieren traer a terroristas. O Bienvenido Ramírez, que de cada 10 palabras 9 son barbaridades.

— Entró en su lista.
Cuando Beto Kouri fue comprado, no flagelaron a Toledo. He aprendido mucho en la presidencia, estoy feliz de haber apoyado a Keiko. Hay demasiada doble moral y doble discurso en el país. [...] Por ejemplo, yo soy un tránsfuga porque pasé a Fuerza Popular, pero si me hubiera pasado donde Verónika Mendoza, Dios me libre, dirían “qué maravilla, este muchacho ha evolucionado”.

— ¿No pueden contribuir con una reforma política que mejore la representación?
Entiendo tu lógica y buena intención, pero no todo es ley. Canchaya, yo vi ese caso, era notaria. No es una norma que te diga cómo elegir y no es la cabeza, es en general la política. No creo que este Congreso haya traído más de eso, se han hecho reformas administrativas muy buenas.

— Creo en la libertad de expresión de los funcionarios, pero si el jefe de seguridad genera malestar en congresistas, ¿ahí hay un problema, no?
Es subjetivo y es válida la subjetividad de congresistas de oposición. Hemos quedado en que la Mesa, que se completará cuando regrese Mauricio Mulder, ha pedido un informe sobre las objeciones.

— Con la ley Mulder, ¿mostró músculo ante los medios? ¿No le parece excesiva la prohibición absoluta?
No es absoluta, hay excepciones con autorización de la PCM. Con Humala esto se fue a la estratósfera y falta armar una comisión investigadora para ver quiénes cobraban las comisiones que se suelen pagar en publicidad.

— Cuando dijo que iban a aprobar una ley contra ‘medios mermeleros’, le quitó el sustento técnico.
Esa respuesta fue en Áncash, siendo irreverente para lo que yo conocía que había pasado allí, que César Álvarez había comprado a la mayoría de los medios.

— Tengo entendido que su lideresa ha pedido preparar una nueva ley, que regule y no prohíba.
Puede ser. Aquí ya se regula con las excepciones, y sí sería interesante que se hable de tiraje, de ráting, de que el Estado pueda negociar las tarifas, pues ahora es perverso, solo valen las que están impresas. Lo he conversado con Mauricio, pero no he estado en las reuniones de la bancada. [Luego de la entrevista, comentó de un proyecto para establecer un canon del espacio radioeléctrico, que sería otra manera de incidir en un vínculo económico entre el Estado, la radio y la TV]. [...] Todavía me queda más de un mes, vamos a inaugurar el hemiciclo del papel cero, el parque temático de la memoria, ahí recién haré mi balance.