Al cierre del 2019, dos líderes políticos que irrumpieron en la escena pública y fueron protagonistas desde sus respectivas funciones quedan al frente de quienes obtienen algún grado de simpatía de la ciudadanía: Salvador del Solar, ex primer ministro del actual gobierno, y George Sorsyth, alcalde de La Victoria. Ambos registran 13% de aceptación, según una encuesta de El Comercio-Ipsos.
El año empezó con Keiko Fujimori —entonces en prisión preventiva por el Caso Odebrecht—encabezando las simpatías con 9%. Luego, tras la medición de marzo, el puesto le fue arrebatado por un Forsyth (13% entonces) visto por la ciudadanía portando gorra, chaleco antibalas y liderando operativos en el emporio comercial de Gamarra o en el cerro San Cosme. Finalmente, Del Solar empezó a escalar en setiembre y para octubre —tras su actuación en el contexto que derivó en la disolución del Congreso— terminó por ubicarse primero con 16%, dejando en el camino a otros líderes como la propia lideresa de Fuerza Popular, el burgomaestre victoriano o Julio Guzmán, líder del Partido Morado.
En este último estudio, Del Solar obtiene dos puntos porcentuales menos que en noviembre. Forsyth se mantiene con 13%.
Luego aparece Fujimori Higuchi —hoy en libertad y con un nuevo pedido de prisión preventiva pendiente de resolución— con 10%. El top cinco es cerrado por Julio Guzmán y Verónika Mendoza, excandidata presidencial.
-Antipatía generalizada-
Si bien distintos líderes políticos han tenido vaivenes en cuanto a la simpatía que generan en la ciudadanía, lo cierto es que a lo largo del año la constante ha sido una antipatía generalizada.
Sin embargo, conforme avanzó el año y aparecieron en escena otros personajes, el porcentaje que representa dicho desencanto disminuyó. En enero, el 44% de encuestados dijo que no simpatizaba con ningún líder político, mientras que en diciembre ese rubro registra 30% (21% en Lima y 35% en el interior del país).
Tomando en cuenta esa cifra alta, el analista político Percy Medina señala que no han aparecido “simpatías arrolladoras”, por lo que no descarta que el próximo año haya espacio para la irrupción de nuevas figuras.
Aún así, apunta que se trata de una medición de simpatías y no de intención de voto con miras a los comicios del 2021. “La política es cada vez más dinámica y se define en plazos más cortos. La gente toma sus decisiones en la recta final […] Las definiciones se dan cada vez más pegadas al día de la elección”, indicó el jefe de Misión en el Perú del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA Internacional).
En esa línea, la periodista Mabel Huertas sostiene que los resultados dan un indicio de qué es lo que la gente espera. “Me refiero a los primeros lugares, son dos personas [Del Solar y Forsyth] que no tienen mochilas pesadas, no cargan pasivos políticos, que en cada uno de sus rubros son considerados como buenos gestores”, refirió la también socia del Grupo de Análisis Político 50+1.
-Expectativa-
Medina apunta que los resultados al cierre del año también presentan una idea de cuáles son los políticos que están en la memoria de la gente con una imagen favorable, la cual podrían potencialmente convertir en un activo ante una eventual postulación hacia el 2021. “Hay dinámicas coyunturales que influyen en la presión de algunos liderazgos. Forsyth, tras asumir y siendo una persona joven, nueva, que hacía cosas, irrumpió en el escenario con fuerza. Hay que ver cuánto de eso se puede mantener y cuanto quisiera él trascender de la dinámica municipal”, refirió.
En el caso de Del Solar, Huertas recordó que se fue del gobierno de Martín Vizcarra con un gran capital político que tendrá que mantener si es que se anima a postular en las próximas elecciones generales. “Habría que esperar a ver de qué plataforma y de quiénes se rodea”, dijo.
Respecto a Keiko Fujimori, su salida de prisión no influenció en su popularidad. Ambos especialistas destacan se haya mantenido estable el núcleo duro de simpatizantes, aunque un factor a considerar será el desarrollo de su situación judicial.
En cuanto a Guzmán y Mendoza, coincidieron en que sus índices de simpatía se relacionan a que, al no tener algún cargo público, han estado fuera del debate y de la discusión política, “quizá como una manera de cuidar su capital y no verse influidos por el desgaste que la política de día a día genera”, acota Medina.