La antigua tradición del ponche, con esa deliciosa crema o espuma que lo corona permanece hasta nuestros días, especialmente en las noches serranas y en celebraciones especiales como fiestas patronales, cumpleaños, bautizos, Semana Santa o Navidades andinas. Es una costumbre, por ejemplo, que durante las noches frías el ponche se complemente con pisco o aguardiente, mientras otros suelen tomar esta reconfortante bebida con cervecita negra, dependiendo ‘del gusto del cliente’.
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