ESPACIO SUNAT
Buena parte de la ciudadanía aún ignora que la emisión de un comprobante de pago por la compra o adquisición de un bien o servicio por encima de los S/.5 no es solo un derecho nuestro, sino una obligación del vendedor y una forma de defender activamente los intereses nacionales. Solo como un ejemplo, en el último CADE se reveló que el impuesto de una sola boleta de 20 soles representa el desayuno escolar diario para un niño de una zona vulnerable.
Cada año se realizan millones de transacciones económicas en nuestro país, las mismas que muchas veces no cumplen con las obligaciones de ley y terminan evadiendo impuestos que reposan en el aporte de todos los ciudadanos. En cifras de la SUNAT, el monto aproximado de evasión tributaria de IGV en el país asciende a unos S/. 23 mil millones al año. Una cantidad increíble de dinero que, puesto en las manos debidas, podría generar grandes beneficios para el país y sus ciudadanos, asegurar los programas sociales, construir infraestructura de calidad y dotar de mayor seguridad ciudadana.
Según información de la SUNAT, el mayor volumen de evasiones por ventas omitidas se produce en los sectores de comercio y servicios; más aún cuando son operaciones de montos menores. Lamentablemente, este fenómeno no es solo responsabilidad del comerciante que prefiere no emitir una boleta de venta, sino también del cliente que tampoco entiende la importancia de dejar registrada la operación de venta. Para muestra un botón: al menos 7 de cada 10 ciudadanos no acostumbra pedir boleta de venta en estos establecimientos.
Para el órgano regulador, en esta época del año los negocios venden muchísimo, ya sea porque los clientes quieren comprar sus regalos, o porque asisten a almuerzos o cenas de fin de año. En este contexto, es importante que a los comercios les vaya bien, pero también que declaren todo lo que venden.
Como ejemplo, la SUNAT indica que, en una reciente campaña de fiscalización, una cadena de pollería evadía el pago del IGV por un valor de 27 mil soles diarios. Así como este negocio, muchos comercios suelen entregar documentos sin valor tributario como comandas o notas de pedido, que el ciudadano no distingue a simple vista.
Otros beneficios de exigir un comprobante de pago es que el negocio o comercio debe ser más cuidadoso con la procedencia y calidad del servicio o bien ofrecido; dado que ello permite al consumidor generar algún tipo de reclamo a posteriori si fuera necesario, este aspecto ayuda a incrementar la formalización empresarial en el país. Como reflexión final queda que cada persona, en su condición de ciudadano, tiene la posibilidad de contribuir al desarrollo del país, dedicando solo un par de minutos a exigir la emisión de un comprobante válido cada vez que se pague por un menú del día, se compre un libro o se vaya a la peluquería. Aunque parezca un minúsculo gesto, esta actitud puede ser el inicio de un cambio que beneficiará a millones de compatriotas.