Esta historia puede demostrar que los hombres son capaces de ver a sus mascotas como al más querido de sus seres. James Wathern, un anciano estadounidense de 73 años de edad, fue internado en el hospital Bautista de Kentucky por graves problemas de salud.
El adulto mayor no vivía solo, sino con el pequeño Bubba, su perrito enfermo y con únicamente un ojo, el cual - sin embargo - había extraviado días antes de su recaída médica.
Según el Huffington Post, el can estaba también enfermo, por lo que fue hallado y acogido por un albergue de animales. Estuvo allí varios días y vio empeorada su salud, tal como pasaba con Wathern.
Si bien en el nosocomio está prohibido el ingreso de animales, empleados de la institución de cuidado decidieron iniciar la ardua tarea de reencontrar al dueño y a su mascota.
Fue así como una suma de esfuerzos permitió el reencuentro. "El perro estaba muy triste. A unos 20 metros de la habitación levantó su cabeza, su único ojo brilló y de pronto cambió", relató Mary Ann Smyth, presidenta del refugio.
Al pasar a manos de su amo de toda la vida, James lloró profundamente. Los presentes se mostraron conmovidos con lo ocurrido.
Según un noticiero local, la salud de James y de su mascota ha mejorado con el paso de los días, algo que hasta antes del reencuentro era casi imposible.