Los aficionados de la Korean Baseball Organization (KBO) ofrecen un ambiente catártico y limpio a la vez: todos bailan, cantan y animan. (Foto: YouTube)
Los aficionados de la Korean Baseball Organization (KBO) ofrecen un ambiente catártico y limpio a la vez: todos bailan, cantan y animan. (Foto: YouTube)
Redacción EC

El béisbol despierta pasiones en Corea del Sur, algo que no se ve en ningún otro deporte. Los aficionados de la Korean Baseball Organization (KBO) ofrecen un ambiente catártico y limpio a la vez: todos bailan, cantan y animan. Al menos eso se evidencia entre los seguidores de los Lotte Giants, el equipo de la ciudad de Busan, explica la serie de Great Big Story.

Los fanáticos de Busan son particularmente apasionados. Adoran los bat flips de los bateadores, al famoso 'cheermaster' y hasta su propio súper fanático -un norteamericano barbudo que se siente mejor que en casa-. Animar a su equipo los hace felices, pues para ellos, este no es un simple deporte, es como una religión que los convoca a ser cada vez más fieles hasta el punto de ser ellos mismos llamados 'legendarios'.

El béisbol llegó a Corea en 1905 de la mano de los primeros misioneros estadounidenses. El país asiático quedó tan encantado con el juego hasta hacerlo de los más populares y luego, en 1982, convertirlo en un deporte regulado. Así se creó la KBO, con solo seis equipos. En la actualidad son diez. Los Lotte Giants es una de las dos franquicias existentes.

En Busan vive desde 2008 Kerry Maher, de 63 años. Él llegó de Estados Unidos a enseñar a una pequeña universidad. Quedó tan impresionado con los Lotte Giants cuando visitó alguna vez el Sajik Stadium, que poco a poco se convirtió en un 'superfanático', el más improbable de todos. Es tan popular, por su procedencia y apariencia, que con regularidad se toma fotos con otros aficionados.

El primer base de los Lotte Giants, Choi Joon Suk, conoce a Kerry. Cree que hay una admiración mutua porque tienen físicos similares: ambos son 'hombres montañas'. Es conocido por sus increíbles 'bat flips'. Para el capitán del equipo, Lee Dae Ho, este tipo de tiros, considerados una falta de respeto en Estados Unidos, es una forma de decir a los fans: "¡Hey, mira lo que hice!"

Kerry explica que la liga de béisbol en Estados Unidos es como la ópera, mientras que los Lotte Giants en Sajik es como el rock and roll. La gusta tanto la energía del equipo coreano que en los últimos tres años ha tenido billetes de temporada en Sajik (unos 120 juegos, aproximadamente). La única razón por la que va es "porque es divertido".

Pero quien realmente hace la diferencia en la KBO es el 'cheermaster'. Cho Ji-Hoon es el 'cheermaster' de los Lotte Giants, quien se dedica a animar a los jugadores a ganar sus partidos. Muchos dicen que su papel es crucial, pero no se considera la estrella por nada. "Estoy allí para levantar a nuestros jugadores y asegurarnos de que todas las voces de nuestros fanáticos se escuchan".

Cho Ji-Hoon es famoso por su habilidad y la pasión que le entrega a su trabajo, considera Kerry. "Él es el corazón de los Lotte Giants".

El animador cree que un líder de escuadrón es quien da la alegría y toma un papel como conductor de orquesta, por eso tiene canciones, aplausos y coros para situaciones diferentes. "La canción de Lotte Giants es 'Busan Seagull'. Cuando alguien de Busan escucha esta canción, inmediatamente recordará su ciudad natal, Busan. Cuando la canción llena el aire, es impresionante. Es fantástico", dice.

Los Lotte Giants es el único equipo deportivo profesional de Busan. La ciudad entera se rinde ante ellos. Son fanáticos revoltosos y ruidosos que se encargan de hacer notar su presencia siempre. Son 20 o 30 mil personas en sincronía dirigidas por el animador. Son una comunidad, un grupo de amigos que delira por su equipo.

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