¿Habrá feriado largo del 28 al 30 de junio por San Pedro y San Pablo? Revisa lo que dice El Peruano
¿Habrá feriado largo del 28 al 30 de junio por San Pedro y San Pablo? Revisa lo que dice El Peruano

Como todos los años, este 29 de junio se celebra el en Perú, una festividad religiosa de gran importancia en el país. Este 2024 en particular la celebración cae un sábado, por lo que miles de peruanos esperaban la oportunidad de disfrutar de un feriado largo que iniciara el viernes 28 y terminara el domingo 30 de junio, reanudando las actividades usuales el lunes primero de julio. Sin embargo, el diario oficial ya publicó la norma sobre en estos días y en esta nota puedes descubrir lo que dice.

¿Qué dice El Peruano sobre el 29 de junio?

El diario El Peruano ya determinó todos los feriados de este año a través de un calendario oficial. En él podemos ver que solo el 29 de junio es considerado como un día feriado para todos los peruanos. En ese sentido, se puede afirmar que este 2024 no tendremos un feriado largo con motivo de las celebraciones alrededor del Día de San Pedro y San Pablo.

Así pues, solo si se trabaja el mismo sábado 29, corresponderá a los trabajadores las compensaciones que la Ley dicta para ellos. Es importante recalcar que el viernes 28 de junio será un día laborable común y corriente, mientras que el domingo 30 mantendrá su calidad de día de descanso en muchas entidades, reanudando las actividades el lunes primero de julio.

¿Quiénes fueron San Pedro y San Pablo y por qué se les recuerda el 29 de junio?

Enmarcado en el calendario santoral, la Iglesia católica celebra anualmente la solemnidad de los Santos Pedro y Pablo, figuras que son honradas como fundadoras de la Iglesia de Roma, y que según palabras del Papa Benedicto XVI, juntos siempre representaron todo el Evangelio de Cristo.

De acuerdo a información compartida por el portal del , el primero de ellos, Pedro, cuyo nombre de pila fue Simón, nació en Betsaida, pero vivió en Cafarnaún y realizó labores de pescador en el lago de Tiberíades. Tras su acercamiento con Jesucristo, el Apóstol Patrón de la Ciudad de Roma junto a su hermano Andrés, vio muy de cerca acontecimientos tales como la resurrección de la hija de Jairo, la transfiguración, y la agonía en el huerto de los olivos.

Con respecto a Pablo, también conocido como el “Apóstol de los gentiles”, el Vaticano reseña que de su padre, quien era un tejedor de tendales, llegó a aprender el arte manufacturero, y en el camino de su vida apostólica fundó varias comunidades cristianas, y redactó algunos de los primeros escritos canónicos.

Asimismo, otra de las grandes consideraciones que enaltecen su imagen está vinculada a la Iglesia primitiva, y es ampliamente reconocido por su conversión ya que al inicio fue blasfemo, perseguidor y ferviente enemigo de Cristo.

La consecuente conversión de San Pablo fue un puro milagro de la gracia de Dios luego de encontrarse y coincidir en el trayecto hacia Damasco porque conforme a lo afirmado por el Papa Benedicto XVI, “no fue simplemente una conversión, sino más bien una muerte y una resurrección para el mismo Pablo”.

Tanto Pedro como Pablo murieron trágicamente por orden de Nerón, y tal y como refiere la tradición cristiana, el martirio de ambos ocurrió el mismo 29 de junio del año 67, luego de que el primero de ellos fuera crucificado cabeza abajo como prisionero en el circo del emperador del Imperio romano ubicado en la Colina del Vaticano, mientras que el segundo fue condenado a muerte para morir decapitado en la vía Ostiense. Cabe resaltar, que sobre sus tumbas actualmente se erigen y surgen las Basílicas de San Pedro y San Pablo extramuros.

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