Pocas cosas no cambiaron en Argentina a raíz de la pandemia del coronavirus. El país sudamericano, que no tiene cifras tan altas de contagiados y fallecidos como el Perú, entró en una denominada ‘cuarentena total’ hace unos días para evitar que los servicios médicos colapsen.
Una de las cosas que continuaron fue la TV. Los programas que incluían invitados prosiguieron mientras en realidades como la peruana apenas había noticieros. Claro, todo sin sobresaltos hasta que el 19 de junio pasado la conductora Lizzi Tagliani (Telefe) dio positivo a Coronavirus.
Su programa concurso implicaba acercamientos entre los participantes, por lo que de inmediato se suspendió hasta nuevo aviso. Aunque la polémica fue grande, las cosas parecieron tranquilizarse. Hasta que llegó el segundo caso.
A inicios de esta semana el periodista y conductor Andy Kusnetzoff reveló tener coronavirus. Todo bien hasta que uno se detiene en el hecho de que su programa se emitió por última vez el sábado 11 de julio. La grabación del espacio ocurrió el miércoles 8, tres días antes.
El periodista de 49 años de edad –que se hiciera famoso por su rol en “Caiga quien caiga”— conduce en Telefé un programa llamado “Podemos hablar” que implica interacción con cuatro invitados provenientes de sectores como el entretenimiento, el deporte y la política.
En la primera parte del programa, Andy conversa a distancia (pero dentro de un set) con cada invitado. Preguntas sobre facetas desconocidas y picantes revelaciones se insertan en un ambiente de tensión que, ya en la segunda fase del espacio, se convierte en todo lo contrario.
Y es que sobre una mesa los cuatro invitados más el conductor charlan sobre coyuntura mientras disfrutan de una deliciosa cena. El formato es similar al viejo “Almorzando con Mirtha Legrand”, que hiciera famoso la conductora unas décadas atrás.
La noticia del contagio encendió las alarmas en el mundillo de la TV argentina. Sus cuatro invitados fueron avisados: Christophe Krywonis, Benito Fernández y las modelos Romina Malaspina y Flor Vigna.
“El lado bueno de todo esto es que pronto (cuando esté curado) voy a poder donar plasma”, dijo Andy para descontracturar el momento. Lo cierto es que incluso en la Argentina hay un sector de la sociedad que considera irresponsable continuar con programas de TV en pandemia. Vale indicar que en “Podemos hablar” una barrera de acrílico separaba cada asiento de la mesa donde se sentaban lo invitados.
Felizmente, ninguno de los cuatro invitados de aquel programa dio positivo a coronavirus. Pero “Podemos hablar” podría no volver, en su formato habitual, por un buen tiempo más.
Desde el resto de canales se ha visto que algunos programas continúan pero con menos panelistas, cada uno sentado a mayor distancia del otro que en el pasado, y también se sabe de formatos que están en stand by. Un ejemplo inmejorable es “Bailando por un sueño” de Marcelo Tinelli. Siendo ya julio no hay fecha de lanzamiento para un programa que requiere un amplio despliegue de productores, asistentes, invitados, pero sobretodo de público.