Un año bisiesto se refiere a un año que tiene un día más en el calendario. Es decir, que en vez de tener 365 días, tiene 366. Se suele mencionar que son bisiestos todos los años que son divisibles por cuatro, pero con algunas excepciones: si cumple con la exigencia en mención, pero es divisible por 100, no será bisiesto, a menos que sí se pueda dividir por 400. En este contexto, debes saber que el 2024 será un año bisiesto.
El año 2024 tendrá 366 días y no los tradicionales 365. Sin embargo, es necesario aclarar que no quiere decir diciembre o enero tendrán 32 días. En este caso, será febrero, el mes con menos días, el que tendrá 29 días.
Los años 800, 1200 y 2000 fueron bisiestos, pero 1700 y 1900 no lo fueron porque no son divisibles por 400, a pesar de que son divisibles por cuatro. Asimismo, el 2400 es año bisiesto, mientras que 2100, 2200, 2300 y 2500 no lo son.
¿Cuándo será el próximo año bisiesto?
Los años bisiestos ocurren en un periodo de cuatro años y se contabilizan en números pares, por ejemplo, el último año bisiesto ocurrió en el año 2020. Los 5 próximos años bisiestos serán:
- 2024
- 2028
- 2032
- 2036
- 2040
¿Cuál es el origen del año bisiesto?
El “año bisiesto” deriva del latín “bis sextus dies ante calendas martii”, que español significa: el sexto día antes del primer día de marzo, que correspondía a un día extra intercalado entre el 23 y el 24 de febrero. La práctica de incluir un día adicional inicia con la creación del calendario juliano y un decreto del emperador romano Julio César.
El calendario juliano creó la directiva de añadir un día adicional cada cuatro años pero no seguía la regla del siglo divisible por 400, debido a que solo tenía una sola regla: cualquier año divisible por cuatro sería un año bisiesto. Esta fórmula produjo demasiados años bisiestos, pero no se corrigió hasta la introducción del calendario gregoriano más de 1500 años después.
¿Por qué febrero tiene 28 días?
De acuerdo a la Enciclopedia Británica, todo está relacionado con una superstición romana. El calendario romano, que era muy distinto a los que aparecieron después, solo tenía 10 meses. Pero en un afán por sincronizarlo con el calendario del año lunar, el rey romano Numa Pompilio agregó los meses de enero y febrero.
El calendario tenía 6 meses de 30 días y 4 meses de 31, lo que daba un total de 304 días. Pero el rey Numa no quería tener números pares en su nuevo calendario, ya que los números pares eran de mala suerte según la superstición romana.
El primer ajuste que se hizo fue restar un día a cada uno de los meses para que tengan solo 29. Además, el año lunar consta de 355 días, por lo que sobraban 56.
Luego se percató que uno de los 12 meses del año tenía que tener un número par, por lo que decidió que sea febrero el que debía tener 28 días.