Si alguna vez te preguntaste por el motor de cuatro cilindros más potente del mundo, Mercedes-AMG tiene la respuesta. Se trata del motor M139I, el cual es capaz de producir 470 Hp de potencia. Tiene una cilindrada de 2,0 litros y lo utiliza el Mercedes-AMG C 63 S E Performance en sus variantes Estate (hatchback) y Berlina.
Este modelo de Mercedes no se queda atrás y es tan espectacular como el motor que lleva adentro.
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El motor más potente del mundo logra su potencia máxima a 6.725 rpm y tiene un par máximo de 545 Nm disponible a 5.250-5.500 rpm. Cuenta con un generador de arranque accionado por correa (RSG), el cual combina un alternador y un motor de arranque de un solo componente. El RSG suple la función de un motor auxiliar, el mismo que arranca el motor de combustión y asegura el funcionamiento de sistemas auxiliares como luces o aire acondiconado.
Respecto al funcionamiento del M139I (la «l» significa disposición longitudinal del motor) es el primer motor de serie del mundo en operar con sobrealimentación por medio de un turbocompresor eléctrico. Este innovador sistema se deriva directamente de la tecnología utilizada desde hace años con excelentes resultados por el Mercedes-AMG Petronas F1 Team en la categoría reina del deporte del motor. La nueva tecnología de sobrealimentación garantiza una respuesta especialmente ágil a lo largo de la escala completa de velocidad del motor.
Si lo comparamos con otros vehículos de la marca como el C 43 4MATIC y SL 43, el turbocompresor del C 63 S es más grande. Esto permite un mayor caudal de aire y, por tanto, más potencia. Además, el motor eléctrico integrado se alimenta del sistema de alto voltaje de 400 voltios (48 voltios en los modelos 43).
La clave de su gran potencia es un motor eléctrico de unos cuatro centímetros de ancho montado directamente sobre el eje del turbocompresor, entre la rueda de turbina en el lado de escape y la rueda del compresor en el lado de aire fresco. Este motor impulsa directamente el eje del turbocompresor con regulación electrónica, acelerando la rueda del compresor antes de que el caudal de gases de escape asuma esta tarea por medio de la turbina.
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De ese modo mejora claramente el tiempo de respuesta del motor inmediatamente por encima del número de revoluciones de ralentí y a lo largo de la escala completa de revoluciones. El motor de combustión interna reacciona con mayor agilidad a las órdenes del acelerador, y la sensación general de conducción es más dinámica.
Alimentado por la red de a bordo de 400 voltios, el turbocompresor eléctrico de escape funciona a velocidades de hasta 150.000 rpm. El cargador, el motor eléctrico y la electrónica de potencia están conectados al circuito de refrigeración del motor de combustión para crear el mejor entorno de temperatura posible en todo momento. La elevada potencia del motor requiere además un sofisticado sistema de refrigeración, que permita mantener la culata y el bloque motor a niveles diferentes de temperatura.
En el nuevo Mercedes-AMG C 63 S E PERFORMANCE, el motor turbo de 2,0 litros y cuatro cilindros se combina con un motor eléctrico síncrono de excitación permanente, una batería de alto rendimiento desarrollada en Affalterbach y el sistema de tracción integral totalmente variable AMG Performance 4MATIC+. La potencia del sistema de 500 kW (680 CV) y el par máximo del sistema de 1.020 Nm permiten unas prestaciones de conducción impresionantes: la aceleración desde la parada hasta los 100 km/h se logra en tan solo 3,4 segundos para la berlina y el estate. La propulsión sólo finaliza a 280 km/h controlados electrónicamente (en el caso de los vehículos de serie, 270 km/h, en ambos casos con el paquete AMG Driver’s Package opcional).
La transmisión de la fuerza del motor está encomendada a la transmisión AMG SPEEDSHIFT MCT 9G (MCT = Multi-Clutch Transmission, cambio multiembrague), en el que un embrague húmedo para el arranque sustituye al convertidor de par convencional.
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La batería de alto rendimiento del C 63 S E PERFORMANCE ofrece una capacidad de 6,1 kWh, 70 kW de potencia continua y 150 kW de potencia máxima durante diez segundos. El bajo peso, de solo 89 kilogramos, conduce a una densidad de potencia muy elevada de 1,7 kW/kg.
La autonomía eléctrica de 13 kilómetros no permite un radio excesivo, pero sí que ofrece movilidad suficiente por entornos urbanos en modo cero emisiones.
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