"Las mascotas te aceptan tal como eres. No les importa si estás flaca o gorda, si te arreglaste o estás en fachas", escribe Yrigoyen
"Las mascotas te aceptan tal como eres. No les importa si estás flaca o gorda, si te arreglaste o estás en fachas", escribe Yrigoyen

Me llamó una amiga para desahogarse. Estaba muy molesta y decepcionada. Su pareja, antes de irse de la casa, le había dicho muchas cosas hirientes. De todas, la que más le molestó fue esta: “búscate un perro que te haga compañía”.

“¿Cómo me va a decir eso? ¡Se volvió loco! ¡Se pasó… esa no se la perdono!”, me contaba acalorada. “Tranquila, míralo por el lado positivo, no lo veas como un insulto. Te ha dado el mejor consejo” le aclaré.

Y es que, sea un perro u otra mascota, convivir con un animalito es muy beneficioso a cualquier edad. En el caso de los pequeños de la casa, los psicólogos coinciden que cuidar de una mascota los apoya en su desarrollo emocional, les enseña a ser responsables, más expresivos, extrovertidos e intuitivos. Ese animalito les ayuda a interactuar y a respetar la vida animal.

En mi caso, un perrito ha llenado de alegría mi hogar. Mis hijos lo adoran y están pendientes de él. Si yo llego más tarde de lo acostumbrado, ni preguntan por mí. Pero cuando nuestro engreído se demora de su baño mensual, no paran de llamarme preocupados.

Para los adultos mayores, sobre todo los que sienten el síndrome del nido vacío, una mascota los apoya a sentirse acompañados, útiles, necesitados y queridos. Además, si es que tienen perros, sentirán la obligación de tener que salir a pasearlos: eso los mantiene en actividad física y les abre las puertas para conocer a otras personas.

Era sabia tu pareja, amiga. Realmente el consejo de “búscate un perro que te haga compañía” es más certero de lo que piensas. No hay nada más lindo que llegar a casa, abrir la puerta y que te reciba tu compañero meneando la cola, o con un juguete esperando que lo lances por el pasadizo para que corra a atraparlo. No hay nada como echarte en la cama a ver televisión y que se acurruque a tu costado.

Las mascotas te aceptan tal como eres. No les importa si estás flaca o gorda, si te arreglaste o estás en fachas. ¡Ah! y algo muy importante… te dejan ver el programa de televisión que te gusta y ¡no te quitan el control remoto para cambiar de canal! De verdad amiga, búscate un perro que te haga compañía y olvídate del innombrable.

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