Alto como un edificio, la nariz de boxeador y el color aliancista de toda la vida, Alejandro Villanueva vivió muy poco para todo lo que hizo. Vivió a prisa, según dicen sus biógrafos. A los 35 años, había hecho lo que otros no hacen ni en cien. El 11 de abril de 1944 partió a la eternidad y con su ida, fundó las bases de lo que hoy, con orgullo, sus hinchas llaman Aliancismo.
Una página de 1944 del archivo histórico de El Comercio resume con justicia a este hombre largo con pies de bailarina: “Es una figura nacional, lo fue continental y hasta mundial”.
Cinco veces campeón con Alianza Lima -aún hoy se discute el título nacional de 1934-, dos veces goleador del torneo local y con presencias en el Mundial del 30 y los Juegos Olímpicos de Berlín. Eso también era Manguera. Pero la estadística le quedaba corta, pues le sobraba inventiva: cuando era necesario hacer una pared, ‘Escalera’ hacía dos. Y si el centro llegaba alto, él prefería la pirueta. Así, inventó y reinventó la ‘Alejandrina’, su variante personal de la chalaca. Su sello de fábrica. Lástima que no casi no existan videos sobre él.
“En el caso de ‘Manguera’ –dice el periodista Roberto Castro, director de De Chalaca– se puede aplicar la misma idea del big man: el carisma aliancista está vinculado a la magia, la finta, el juego bonito”.
El día en que murió nació el eterno futbolista de Alianza. Como él tenía que ser: hábil, alegre, influyente desde el juego más que por la boca. El único video que existe sobre el matrimonio de ‘Manguera’ y la pelota –hasta en eso fue más vivo; se casó con Rosa Falcón luego de estar enamorado de la de cuero– está en YouTube.
Cincuenta y dos segundos donde un delantero gigante atropella como un tren (ver arriba). En el cementerio Presbítero Maestro, puerta 5, cuartel Santa Aurelia, nicho 10-1c, un árbol de breves flores rojas le da sombra. Más allá, 37 presidentes del Perú, el sabio Antonio Raimondi, los poetas Abraham Valdelomar y José Santos Chocano o su amigo, Felipe Pinglo, descansan todo lo vivido. ‘Manguera’ no podía estar en lugar mejor.
“Aun ahora, apenas vivo a los 35 años de edad, todavía es Alejandro Villanueva”, escribe Guillermo Thorndike en “El hombre que murió dos veces”, la crónica más leída sobre ‘Manguera’. Sí. Todavía es.
La crónica de Thorndike termina así:
“A las seis de la mañana dieron por muerto a Alejandro Villanueva. Le cubrieron el rostro con una sábana. Dentro de un rato se lo llevarían al mortuorio. ¡Alejandro! ¡negro, negro! Rosa lo destapó. Entonces el supuesto difunto abrió los párpados y comenzó a llorar.
¡Alejandro, acá estoy! ¡Negro, negro!
Me miraba, me miraba y sus lágrimas le caían. ¡No te vayas, no me dejes! Seguía llorando. Poco a poco fue cerrando sus ojos. Yo me prendí de él. Atrás mío entró el enfermero. Goyo también vino. Me lo quitaron.
A las siete y catorce minutos de la mañana del 11 de abril de 1944, un médico extendió el certificado de defunción. Manguera, don Alejandro, acababa de hacer su última jugada de caracol. Había muerto dos veces”.
Para un ‘Lolista’ como yo, la figura de ‘Manguera’ Villanueva no solo es inspiración y complemento: el fútbol peruano proviene de ambos espíritus y debe conocerse más y mejor.
ALEJANDRO VILLANUEVA
LA FICHA Nombre: Carlos Alejandro Villanueva Martinez.
Nacimiento: 04-06-1908 en Lima.
Fallecimiento: 11-04-1944 (35 años).
Temporadas en Alianza Lima: 1927-1943 (99 partidos oficiales, 71 goles).
Títulos: Cinco (1927, 1928, 1931, 1932, 1933).
Alejandro Villanueva es también el nombre del estadio de Matute donde Alianza Lima juega sus encuentros como local.