El 82% de los encuestados por Ipsos no lo quiere pero todos hablan de él en Perú. ¿Por qué lo quieren y lo odian?
El 82% de los encuestados por Ipsos no lo quiere pero todos hablan de él en Perú. ¿Por qué lo quieren y lo odian?

Carlos Bejarano 
Periodista 

¿La opinión pública? ¡Bah!
​" no debe ser llamado a la selección”, dice la mayoría. Pero ¿es realmente importante la opinión pública?

300 años antes de Cristo, Platón ya denostaba de la opinión pública. “Es un lugar intermedio entre la ignorancia y el conocimiento”, decía. En su famoso Mito de la Caverna demostró que la mayoría ve sombras y no la realidad. Y en el caso Pizarro, al parecer, el prejuicio y la envidia han lanzado una penumbra que ha nublado la razón. 

Entiendo que algunos estén decepcionados porque Claudio no repitió en Lima lo que hacía en Bremen o Múnich. No hablo de ellos. Hablo de los intolerantes, los amargos que no solo no quieren que llamen a Pizarro, sino que incluso le niegan la posibilidad de soñar con ir a Rusia. Han lanzado toda su batería de complejos cuando manifestó el lógico deseo de ir al Mundial. Que se hagan ver. 

No puedo dejar de ser honesto conmigo, por eso creo que es muy difícil que Gareca llame a Claudio, pero los que comemos fútbol sabemos que la cancha es el territorio de lo impensado. Me pregunto: si se pone en forma, ¿por qué no darle una oportunidad? 

Borges decía que el fútbol era popular porque la estupidez es popular. Después de conocer algunas opiniones sobre el caso Pizarro, es muy difícil no darle la razón al escritor argentino.

Juan Aurelio Arévalo
Periodista 

El 'Nene' Pizarro
Para que Pizarro la rompa en la selección hay que prender el PlayStation. No hay otra. Ya es de necios pensar que se va a destapar a los 39 años con una lesión cada 20 días.

El autor de los célebres “es lo que hay”, “yo no soy niñera” y “yo no vi la Copa América” sigue polarizando al país. El que lo alaba está loco y el que lo critica, lo envidia. Mario Fernández Guevara, gran periodista deportivo, dice que hay jugadores de club y hombres de selección. Esos son los que disfrutan la presión y responden a la demanda popular. Pizarro es de club. Nadie discute que en Alemania lo ganó todo, pero cuando se trata de Perú lo recordaremos por los goles que no hizo.

Seis tantos en cinco eliminatorias es una marca digna de rabia. ‘Oreja’ Flores marcó cinco en una. No falta, sin embargo, el que esgrime el argumento de que no se le reconoce su rol para jalar marca y asistir a sus compañeros. Para ellos este dato: en 17 años jugando eliminatorias, solo tres pases de Pizarro terminaron en gol.

Jugara bien o mal y así no convirtiera nunca, siempre tuvo un puesto asegurado en la selección. Y esa suerte no la ha tenido nadie. Descartado como goleador, pasó a ser el “referente”. No sumaba puntos, pero daba “jerarquía”. Esa condición de intocable nos privó de ver, en sus mejores años, a Farfán y Guerrero como socios de ataque. Los dos tienen 26 goles en 4 eliminatorias. Imagínense cuántos más tendrían si los hubieran dejado solos arriba.

Su influencia sobre los jugadores y los técnicos solo puede ser explicada por quienes han compartido vestuario. Pero en el de hoy no tiene sitio. Un capitán que defiende la idea de que cualquiera puede hacer lo que le da la gana en su día libre no encaja en las normas de convivencia de esta selección. Un líder que reaparece en los medios cuando la coyuntura es favorable, no para felicitar a sus compañeros sino para pedir un puesto en un grupo que funciona, precisamente desde que él no está, no es necesario.

Gareca es un hombre sensato. Con el antecedente del 82, no se va a arriesgar a crear un ‘Nene’ Pizarro y además ya lo llamó embajador del fútbol. Y el embajador solo sirve cuando está lejos. 

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