Lejanos son los tiempos en que las noticias sobre voleibolistas peruanas sobraban: Gaby Pérez desde Italia o Japón, Cecilia Tait en Brasil o Alemania, o Cenaida Uribe desde Italia también. Por eso es tan importante este paso de Ángela Leyva -quizá- la mejor jugadores que hoy tiene la selección peruana de vóley. Ángela ha renovado su contrato con Osasco Voleibol Clube, uno de los clubes más poderosos del voleibol femenino en Brasil. Leyva renovó su vínculo, dijo estar "muy feliz" en sus redes sociales y Somos decidió buscarla para intentar explicaciones sobre el actual momento del vóley nacional.
El único deporte que nos hizo madrugar a todos en los años ochenta.
¿Qué has aprendido en Brasil en estos dos años?
He aprendido a valorar mucho más los valores que en casa me brindaron. En el tema deportivo, la liga brasileña me ayuda día a día a mejorar mi técnica y nunca rendirme ante los tropiezos que todos podamos tener.
¿Por qué le cuesta a la voleibolista peruana emigrar?
Tenemos talento y hay chicas jóvenes con buen biotipo en el país. Y las que ya nos encontramos jugando fuera del país estamos en la obligación de seguir dejando el nombre del vóley peruano en alto para que más compañeras sean observadas en la liga y la selección. Esa es la única manera en que podemos ser más voleibolistas peruanas jugando afuera.
¿Cuales deberían ser los objetivos reales de la selección de vóley en el 2019?
Estamos pasando un proceso de recambio que aspira a que Perú alcance un desempeño ideal en los Juegos Panamericanos y que eso nos permita pensar en una clasificación a Tokio 2020. Con mucho esfuerzo de parte de los directivos, comando técnico y nosotras las jugadoras, podremos conseguir esos objetivos. Juntos.
¿Quiénes son hoy las mejores jugadores de Perú?
Todas las jugadoras que militan en los diferentes equipos son muy buenas, el vóley peruano siempre ha sido uno de los mejores en Sudamérica, en la selección no hay “una favorita” o “ la mejor” todas somos compañeras y nos esforzamos para que el equipo logre buenos resultados
¿Como definirías tu estadía en el Osasco brasileño? ¿Bueno, regular?
Ha sido y es un paso importante en mi carrera profesional y no solo en el plano deportivo, sino como persona. Vivir lejos de mi familia me ha permitido ser más independiente y a madurar en muchos aspectos que, reconozco, no eran mi fuerte, ja, ja, ja. Estoy muy feliz de jugar en Osasco y espero seguir cosechando junto a mis compañeras más triunfos con el club.