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El libro será presentado el 10 de noviembre en Crisol del Jockey Plaza.

El creativo publicitario contratado por una famosisíma marca de pañales que hace años concibió el eslogan: “Vida de padres, caóticamente hermosa” deberían darle regalías de por vida. El asunto es tal cual. Y no importa si las bendiciones acaban de llegar a este planeta o si ya están yendo a quinceañeros. La maternidad y la paternidad son, se sabe bien, un poderoso combo de amor y desafío. Los tiempos modernos, que en cuestiones de rutinas y horarios a veces parecen violentos como los de Tarantino, obnubilan y originan que la balanza se incline reiteradamente solo hacia la empresa que implica reto y chamba. Estrés y preocupación. ¿Lo estaré haciendo bien? ¿Mi chibola(o) será feliz?

Eso le pasaba muy seguido a la periodista Lorena Salmón.
No fueron pocas las veces que, en el pasado, ella se escondió en el baño de su casa a llorar de confusión y agotamiento. Criar puede ser, lo hemos dicho, tan asombroso como demoledor. Las correrías del colegio, los 853 e-mails de la chamba, los dos litros de agua que hay que tomar al día o el mercado de la semana la tenían permanentemente ansiosa. Y esa era la energía que ella terminaba heredándole a sus hijos Horacio, hoy de 13 años; y Antonia, 10. Eso hasta que el yoga, la meditación y, sobre todo, el mindfulness llegaran para poner las cosas en perspectiva. El resultado de esta sanadora experiencia es su segundo libro: Calma, mamá.

“La maternidad me retó desde el inicio, por lo que siempre he buscado soluciones para ayudar a mis hijos a ser mejores. Descubrí que todas las herramientas que aplicaba en mí, provenientes del yoga y la meditación, también podían podían ser trasladadas a ellos. El mind-fulness, sobre todo, me ha enseñado a mostrarles la importancia de ser conscientes de lo que les pasa, a traer su atención al momento presente sin juzgarlo. Reconozco que he llegado algo tarde, porque están grandes, pero hoy nuestra relación es otra, nos comunicamos mejor. Eso es lo que quiero compartir en el libro, cómo de manera muy, pero muy sencilla se pueden aplicar principios del mindfulness en la crianza”, detalla Salmón. Para ello se vale de la compilación de estudios científicos, también de la propuesta de ejercicios intelectuales y físicos que la misma lectora puede realizar y de brindar recomendaciones concretas de qué hacer con los chicos [ver recuadro].

“A un niño angustiado, por ejemplo, se le puede explicar que los pensamientos recurrentes son como trenes que pasan. Llegan y se van. Eso los calma, los hace entender qué les sucede y la tensión baja. Por otro lado, el libro parte de la identificación del tipo de padre que eres y del que quieres ser”.

Calma, mamá se presentará el 10 de noviembre en Crisol del Jockey Plaza.

SÉ CONSCIENTE
Entre las fuentes que cita Salmón en el libro se halla la psicóloga clínica peruana Ana Loret de Mola, pionera del estudio del mindfulness en América Latina. Somos también habló con ella sobre el tema aplicable no solo a la maternidad, sino a todos los aspectos de la vida: “Mindfulness es actuar en presencia. Mientras comes, comes. Mientras caminas, caminas. La habilidad de vivir plenamente el momento. Implica entender que la vida también tiene momentos que no son placenteros. Siempre queremos solo lo contrario y ahí nos conflictuamos. Si entendemos que hay días grises y que no va a salir sol siempre, lidiamos mejor con ello”. La apertura a la vida, agrega, viene de la aceptación de las cosas como son.

Ambas, finalmente, coinciden en los múltiples beneficios de la crianza consciente. Pero un paso a la vez. Un niño calmado, arguyen, es el resultado de una madre que tiene en equilibrio sus propias emociones. Difícil, señalan, pero mucho más posible de lo que una se podría imaginar. Valor. //

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