Natividad Gallego (Platense, 1971), Lucía Barbuto (Banfield, 2018), Isabel Peña (Rampla uruguayo), Paola Salazar (Águila Doradas de Colombia) o Verónica Martino (Atlético Venezuela). Todas tienen el inmenso orgullo de haber sido niñas hinchas de su club de fútbol y luego, con los años, las mujeres que deciden su futuro desde la presidencia. De lunes a viernes la oficina, los domingos la cancha. Gisella Mandriotti es, desde enero del 2019, la única presidenta de un equipo profesional en la Liga 1 de Perú. Nació, creció, y consumió toda la vida Cantolao, el equipo de su familia y desde hace unos meses recibió el encargo mayor. Cómo piensa, qué quiere hacer, cómo ve el 2019 de Cantolao. Esto dice.
Usted estudió administración de empresas. ¿Por qué dedicarse al fútbol peruano? ¿Lo pensó mucho o no dudó?
Cantolao es una academia familiar. Mi padre la fundó hace más de 40 años en La Punta con un grupo de chicos que con los años se volvieron miles. Él siempre ha sido el presidente, mi hermano el vice y yo figuraba como secretaria general hasta el año 2018. Entonces llegó la posta. Lo que te quiero decir es que mi vínculo con el fútbol es de siempre: conozco las sedes, viajé con las categorías a Europa y aunque no he tenido el placer de practicarlo, me gustó mucho desde niña. Tenía 7 años cuando mi papá la fundó. Hoy tengo 40.
¿Conoció a Messi cuando vino a la Copa de la Amistad?
No, es decir, lo vi pero no lo pude conocer. Tenía 14 o 15 años entonces. Pero he visto muchos partidos y a muchos niños que luego se convirtieron en cracks.
¿Cómo es un día normal de su trabajo?
Yo manejo, además, las sedes de La Molina y Chorrillos desde hace 10 años. He aprendido en todo este tiempo mucho sobre el fútbol y puedo decir que Cantolao es la gran cantera de fútbol del Perú. Ya tenemos 84 sedes. El caso más emblemático es Claudio Pizarro.
¿Cantolao tiene relación con él? Es un embajador del club en el mundo.
Lo conozco, claro. Diego, su hermano, juega para nosotros en el equipo de Primera. Si bien es cierto él vive lejos, tenemos mucha cercanía con su padre y con la familia.
¿Existe alguna posibilidad de que se vincule con su club de alguna forma en el futuro?
Sí, está dentro de nuestros planes que algún día nos visite, salude a los chicos, los inspire. Nunca se lo hemos planteado de manera formal, por sus obligaciones, pero espero que algún día se concrete.
¿Qué es lo más difícil de ser presidenta en el caótico fútbol peruano?
El tema económico. Solventar a un equipo de Primera es costoso. La televisión no alcanza para pagar la planilla y todos los gastos (la cancha, los viajes, los hoteles). Para resolver este tema hemos creado una comisión de marketing que busca sponsors para el primer equipo. Tenemos a Berco, Cam 2 y una nueva marca de agua pero solo bajo la fórmula de canje publicitario. Después, no he tenido ningún problema. Soy muy segura en el trabajo. Tengo mucha confianza con el cuerpo técnico de Jorge Araujo. Con la directiva y los jugadores, tenemos un trato directo: busco una reunión y lo hablamos. Incluso alguno de los jugadores me llaman para resolver alguna inquietud.
¿Cómo la llaman los jugadores?
Señora Gisella. O algunos que me conocen de tiempo, Gisella. No me gusta que me digan presidenta, me suena muy formal. Trato de que no haya mucha distancia entre ellos y yo: cualquier duda que tengan pueden hablar conmigo. Sin motivación el equipo no funciona.
En este tiempo como presidenta de Cantolao, ¿alguna vez tuvo que bajar al vestuario a cuestionar a sus jugadores?
En ese aspecto sí soy reservada: imagino que podrían sentirse incómodos si una mujer va al vestuario. Yo no soy de hablar lisuras, por ejemplo. Te cuento algo: hace unas semanas perdimos contra Binacional 4-0, fue muy doloroso. En ningún momento les llamé la atención ni buscamos culpables. Lo que había que buscar era la manera de corregir. ¿Qué pasó luego? El lunes ganamos por goleada a Huancayo en su estadio, en altura. ¡Creo que funcionó! Mi meteodología no es gritar: siempre es hablarles con confianza.
¿Por qué cree que todavía hay muy pocas mujeres involucradas en el fútbol, un negocio que genera millones?
Nuestro país es machista. No ven que una mujer puede asumir un cargo "para hombres". Este año la FPF nos ha obligado a tener un equipo de fútbol femenino. El concepto de que una mujer no puede entrar al fútbol porque es mujer debe quedar en el olvido pronto. Yo nunca tuve un problema, pero eso es algo que debemos cambiar.
¿Cómo es la relación con los otros presidentes?
Tuvimos una reunión en enero pero no los conozco a todos. Solo dos clubes más y yo llevaron a sus presidentes. Me llevo muy bien con Johann Vásquez, el Boys es primo hermano de Cantolao.
¿Cuál es el objetivo con Cantolao en el fútbol profesional?
El gran objetivo es clasificar a un torneo internacional. En la academia, la idea es fortalecer nuestro equipo de reserva y el de primera. La idea es que seamos número uno a nivel nacional en formación de menores. Continuar con ese objetivo. Tenemos muchos niños becados. También educación: La Casa Hogar, albergamos a los niños que no tiene domicilio o muy pocas oportunidades. Ahora tenemos 20. Queremos que se multiplique. Cantolao trabaja metodología Right to Play -llegó al Perú en el año 2008-: no solo les enseñamos a jugar al fútbol, sino que les inculcamos valores y principios para que sean mejores personas.