Le Qara es el proyecto fundado por las peruanas Jacqueline Cruz, Isemar Cruz y María Pía Soto que esta semana fue elegido entre las cinco iniciativas ganadoras del Global Change Award. Estos premios fueron creados por la Fundación H&M en el 2015, con la finalidad de que los nuevos profesionales de todos los rubros de la industria del glamour intercambien ideas y soluciones para uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo: proteger al planeta desarrollando una industria de moda sostenible.
Las jóvenes nacidas en Arequipa se han convertido en las primeras latinoamericanas en recibir este reconocimiento con la creación de un cuero vegano y ecológico (‘qara’ significa ‘cuero’ en quechua). “De hecho, esta es la segunda vez que participamos. Hemos dejado todo porque realmente creemos en este proyecto. A partir del no que recibimos el año pasado, buscamos todas las opciones para poder mejorar”, cuenta Jacqueline Cruz.
Las jóvenes, de entre 25 y 28 años, se propusieron repotenciar su producto. “Nos centramos en el cliente, en lo que este quería y necesitaba: diferentes texturas, el grosor y la paleta de colores. El Global Change Award vio que ofrecíamos una solución que no existe en el mercado y que, realmente, se puede implementar”, cuenta Jacqueline Cruz, mostrando a Somos el prototipo creado por el grupo. Su textura se siente tal cual la del cuero verídico, y no se tuvo que sacrificar ni una vaca ni gastar miles de litros de agua para lograrlo.
FUSIÓN DE TALENTOS
Le Qara nació a partir de la necesidad de suplir un vacío en el mercado. Todo inició como una propuesta entre amigas en la que encontraron una posibilidad de negocio. La iniciativa se centra en la fabricación de cuero vegano biodegradable, material que es creado a partir de microorganismos vivos. Estos se reproducen entre sí y se alimentan de residuos de frutas o plantas (ricas en almidón).
Esta innovación permite imitar prácticamente cualquier textura, color, tenacidad o grosor, y tamaño de cuero. Otro punto a favor de este biomaterial es que es 100% degradable: los restos del proceso de reciclaje se pueden usar como compost líquido.
Cada año, un panel de expertos internacionales ayuda a seleccionar las cinco innovaciones ganadoras que recibirán una subvención de un millón de euros. El monto se reparte entre los participantes para que así puedan desarrollar sus proyectos de moda sostenible. Las creadoras son las únicas de habla hispana –los otros participantes son originarios de Alemania, Kenia, Suiza y el Reino Unido– en todo el evento, pero ese factor no las cohíbe en lo absoluto. En cuestión de horas se convirtieron en las chicas más populares del City Hall en Estocolmo, lugar en donde se llevó a cabo esta ceremonia.
¿Qué piensan hacer con el dinero? Esa se convirtió de pronto en la pregunta de la noche. Sin embargo, las arequipeñas lo tienen claro. “Gracias a este premio [recibirán 150 mil euros], vamos a implementar muestras más grandes y llegar a clientes internacionales. El primer paso es tener nuestra planta piloto de producción en Perú. Eso es un gran paso para poder atender a nuestros clientes”, comenta Soto.
EXPLOSIÓN CULTURAL
“Tener esta validación es algo increíble. No solo estás haciendo un diseño bonito, sino que ayudas a cambiar el mundo. Somos el primer grupo latinoamericano que gana. No puedo dejar de decir ‘wow’, porque el proyecto al que tanto empeño le pusimos y en el que trabajamos todos los días realmente nos está dando frutos. […] Es abrumador por las diferentes culturas, pero es aprendizaje constante. En realidad, todos somos muy parecidos porque tenemos la misma meta, problemas e ideas para cambiar el mundo”, agrega Cruz.
“No queremos limitarnos. En diez años buscamos estar consolidadas como una buena alternativa de cuero global porque el problema así lo demanda. Si ya estamos en el mercado, solo falta que el cliente tome la decisión correcta. La pelota queda en su cancha”, finalizan, con una sonrisa que dibuja el orgullo que sienten. //
PROCESO BIOTEXTIL
En un laboratorio crían organismos vivos que se reproducen entre sí. El alimento para estos animales son residuos de frutas y plantas.
El cuero ecológico tarda un promedio de entre 30 a 70 días en ser fabricado. Fue testeado y certificado en San Francisco, EE.UU.
El KTH Royal Institute of Technology de Estocolmo se ha comprometido a apoyarlas en el proceso para lograr la patente del producto a nivel mundial.